Pasada la Semana Santa, quizás ya te hayas planteado empezar otro año más con la “Operación bikini”. Si ésta ya se ha convertido en tradición es que algo no has hecho bien.
La operación bikini se basa en llevar a cabo una dieta estricta para perder en tiempo récord esos kilos de peso que se han alojado durante meses por unos hábitos alimentarios incorrectos y poder lucir tipazo en la playa pero, ¿a consta de tu salud?
¿Por qué digo esto? Porque si todos los años tienes que volver a hacerla es que el efecto rebote también es una tradición para ti. Una vez hecha la dieta, vuelves a los hábitos anteriores y, como por arte de magia, aparecen de nuevo los kilos alrededor de tu cintura. El problema es que ese efecto rebote se debe, en parte, a un enlentecimiento del metabolismo por la dieta tan estricta que has realizado, sumado a una pérdida de masa muscular debido a esa rápida pérdida de peso. A nivel psicológico te encuentras más desmotivado y tienes la sensación de saber cómo acabará la nueva dieta que vayas a comenzar. Y suma y sigue…
Entras en un círculo vicioso que parece no tener fin pero, que puedes pararlo si eliges LA opción adecuada.
La idea es, si vamos a estar comiendo toda la vida, ¿por qué no aprender a comer para saber actuar frente a los excesos o a saber elegir la opción de alimentos adecuada según qué ocasiones?
No hay que tomar la vía fácil de la “dieta milagro”, sino corregir aquellos hábitos incorrectos que tienes y aprender otros nuevos. Ésto, implica mayor compromiso e implicación por parte de la persona, ya que supondrá más esfuerzo pero, proporcionará una mayor satisfacción.
Conoce tus puntos débiles y cámbialos, potencia tus puntos fuertes y aprende unas correctas pautas de alimentación evitando multitud de mitos alimentarios.
Ponte en manos de un/a dietista-nutricionista que se convierta en tu “profesor/a” y te oriente hacia ese cambio de la manera más saludable.
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Bueno, el tema de la operación bikini, la verdad es que es algo bastante ‘entendible’.
Entendible en el sentido de que como seres humanos estamos programados para ahorrar tiempo y energía.
La gente se pregunta: ¿Para qué me voy a cuidar todo el año, sin con 2 meses haciendo la dieta X, de 800 kcal y 0 hidratos, luciré buen tipito en verano?
El caso es que la ‘persona media’ no se preocupa demasiado de su alimentación, ya que los efectos más negativos de una mala alimentación suelen ser a largo plazo, sin embargo los ‘beneficios’ de una dieta milagro, son a muy corto plazo.
Desde mi punto de vista, lo único que se necesita es educación alimentaria. De hecho hace 2 días publiqué un artículo sobre este tema precisamente.
http://tuvidasindietas.com/educacion-alimentaria-mike-tyson/
El caso es que mientras la gente no entienda que las dietas realmente no son la solución (sí lo es un cambio en el estilo de vida), poco se podrá hacer.
La clave, para mi, está en hacer entender a la gente que lo bonito e importante de la alimentación es disfrutar del proceso, disfrutar al alimentarse de forma sana todos los días y hacer ejercicio frecuentemente; y no centrarse tanto en el resultado final, vease, lucir tipito medio mes en la playa.
Un abrazo!