Es que mi hijo va como una moto a todos los sitios, ¡no para! – comentario típico de madre o ese de ¡niño, para quieto! Y es que la infancia es una de las etapas más bonitas de nuestra vida: corremos, jugamos, no tenemos preocupaciones, los dulces de la abuela… Pero ¿qué pasa cuando los niños no paran de verdad? ¿Puede intervenir la alimentación en su comportamiento?

 

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)

En este caso os hablo del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), un problema neuroconductual observado en niños de forma cada vez más frecuente. El TDAH afecta al niño en casa, en el colegio y en situaciones sociales. Es muy común que presenten una serie de problemas como, por ejemplo, presentar los deberes incompletos, hablar impulsivamente, mostrarse agresivos, no esperar su turno o dificultad para aceptar tareas. Tienen muchos problemas a la hora de aprender y una gran parte de ellos suele repetir curso.

Tratamiento

El TDAH se trata con medicación y terapia conductual, pero la alimentación es un factor muy importante tanto en el desarrollo como en el transcurso del trastorno. Se han usado dietas específicas durante muchos años sin estar basadas en la evidencia, como es el caso de la dieta de Feingold, que establece que los alimentos que contienen colorantes sintéticos y salicilatos de ocurrencia natural deben retirarse de la dieta por su efecto neurológico.

El tratamiento nutricional más eficaz para el individuo con TDAH es una dieta basada en cereales integrales y legumbres, frutas y verduras, además de carne, pescado, lácteos y huevos ricos en aminoácidos. Una posible causa de hiperactividad en niños es la carencia de ácidos grasos esenciales.

La comida debe servirse en horarios regulares, con pequeñas raciones que se pueden repetir. Este es un concepto importante, debido a la tendencia del niño o la persona afectada a comer cantidades muy pequeñas y después levantarse de la mesa, pensando en volver más tarde, o a comisquear durante todo el día. Algunos programas recomiendan retirar la comida y volverla a poner solo cuando se haya explicado por qué se está actuando así. La intervención requiere que el niño se siente a la mesa en una silla alta lejos del televisor u otras fuentes de distracción.

 

Bebidas energéticas y azucaradas

En un reciente estudio se ha visto como influyen las bebidas azucaradas y sobretodo las energéticas en el desarrollo de TDAH, el cual resulta más frecuente en niños que en niñas. El riesgo de hiperactividad y falta de atención se vio incrementado en un 14% por cada bebida azucarada adicional consumida. Los estudiantes que tomaban bebidas energéticas, tenían un 66% más de posibilidades de padecer TDAH.

Se recomienda limitar el consumo de bebidas azucaradas y evitar el consumo de bebidas energéticas en niños, incluyendo bebidas deportivas o café endulzado.

Y yo me pregunto, ¿qué necesidad tendrán los niños de tomarse una bebida energética o un refresco? He visto tantos niños en supermercados llenando el carro de estos productos bajo la aprobación de sus padres que me aterroriza. Estoy segura de que estos niños no han probado nunca un batido de fresa, plátano y leche. Es hora de empezar a utilizar los utensilios de la cocina y fruta fresca, ¿no?

 

Bibliografía:
  1. Deborah L. Schwartz, Kathryn Gilstad-Hayden, Amy Carroll-Scott, Stephanie A. Grilo, Catherine McCaslin, Marlene Schwartz, Jeannette R. Ickovics. Energy Drinks and Youth Self-Reported Hyperactivity/Inattention Symptoms.Academic Pediatrics, 2015; DOI: 10.1016/j.acap.2014.11.006
  2. Krause Dietoterapia. 13th Edition. Mahan & Escott-Stump & Raymond
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