La situación de confinamiento causada por la aparición del coronavirus nos obliga a convivir continuamente con nuestros familiares u otras personas durante un tiempo que no sabemos cuánto durará. Además de esta incertidumbre, esta situación genera preocupaciones como: tener la enfermedad o que la tengan personas mayores de la familia, los problemas económicos que produce el parón de la actividad laboral, la frustración por aquellos proyectos que no se pueden realizar estos días… Y aparecen también otras emociones negativas como irritabilidad, estrés por no poder salir de casa…
Evita que las emociones negativas afecte a la relación con las personas que convives
Todo esto puede afectar a la relación con las personas con las que convivimos, así que os sugiero algunos consejos para evitar que eso ocurra:
-
Hablar en familia. Encontrad cada día un tiempo para hablar de cómo estáis llevando esta situación de confinamiento. Buscad soluciones entre todos para los problemas que surjan.
-
Haced entre todos planes de actividades para hacer en común entre varios miembros de la familia o toda la familia junta. Ver una serie, cocinar, hacer un puzzle o jugar a juegos de mesa son algunos ejemplos.
-
Comunicarse adecuadamente. Si deseamos que alguien de nuestra familia cambie alguna conducta, pidámoslo de manera asertiva. Es decir, en términos de: “me gustaría que…” y no de una forma impositiva o agresiva como “estoy harto de que…”. No sólo es importante qué decir sino también el cómo: gestos, tono de voz, sarcasmo…
-
Cuidar el entorno. Por los demás es importante mantener ordenada y limpia la casa, y no hacer algo que moleste a los demás, como poner la música muy alta. Hay que ponerse en el lugar de los demás para que así nadie moleste a nadie.
-
Agradecimientos. Como tener que convivir tantos días juntos puede suponer unas renuncias y esfuerzos, es bueno agradecer tanto a los adultos como a los niños aquello que estén haciendo por el bien de la convivencia.
-
Ser flexible y comprensivo con los demás. Estamos viviendo una situación excepcional y hay que entender que el otro no siempre actúe de la manera adecuada.
-
Evitar hablar de antiguos conflictos. Ahora no es el momento de sacar temas problemáticos del pasado, que sólo va a servir para provocar más tensión.
-
Cuando surja un tema conflictivo buscar el momento adecuado para hablarlo. Si es necesario, esperar unas horas o un día en hablarlo hasta que la emoción de rabia o disgusto haya bajado de intensidad y se pueda hacer la queja de una manera adecuada. También es mejor hablar de la conducta que no nos gusta en vez de hacer una crítica a la persona. Ej: “me gustaría que lavaras los platos cada día para que no se acumulen”, en vez de “pasas de todo”.
-
Recuerda que tu percepción de lo que ocurre está basada en tus creencias y valores, pero hay otras maneras de interpretar esa misma situación.
-
Ante un problema buscar soluciones entre todos.
Para minimizar los problemas derivados de esta difícil situación, todos debemos poner de nuestra parte en la convivencia de cada día.
Foto de Prostock-studio