Tratamiento psicológico del trastorno por atracón con terapia EMDR

TRASTORNO POR ATRACÓN
Imagen de Maria Fabrizio

El trastorno por atracón es un trastorno alimentario que causa una gran interferencia con la vida social y personal. Se caracteriza por  la ingesta compulsiva y sin control de una gran cantidad de alimentos calóricos y de forma desorganizada. No existen conductas compensatorias como en la bulimia, basadas en el uso de laxantes, vómitos o la realización de ejercicio, pero sí puede haber una compensación posterior caracterizada por la presencia de sentimientos de culpa y vergüenza, que pueden conllevar la realización de dietas restrictivas que a su vez provocan más atracones.

Las causas del trastorno por atracón

Las causas circunstanciales  o desencadenantes que han provocado los atracones a lo largo de la historia de la persona pueden ser diversas, pudiendo estar relacionadas con dietas constantes o la presencia de otros trastornos de alimentación previos.

Las causas emocionales, sin embargo, no se manifiestan de forma tan explícita. La imagen del iceberg puede ser una buena metáfora para ello, ya que, el 10% es lo que se ve y el 90% es lo que permanece oculto bajo el agua.

Estas causas más profundas las encontramos normalmente en la infancia y adolescencia, ya que en esas etapas es cuando suelen acontecer situaciones que marcan un rumbo en la relación con uno mismo y se establece  el tipo de relación con la comida.

Alguna de las situaciones que pueden estar relacionadas con la vivencia de acontecimientos traumáticos, podrían ser, la presencia de una relación basada en abusos o maltrato o humillaciones  por parte de los padres, hábitos de alimentación que conllevan castigos o exigencias por parte de los progenitores, tener un modelo familiar y/o social centrado en la imagen o haber vivido alguna situación de rechazo hacia el físico, entre otros.

La disociación como mecanismo de defensa ante el trauma en el origen del trastorno por atracón

Los trastornos de alimentación, y en concreto el trastorno por atracón, tienen un inicio progresivo y difícilmente perceptible. La presencia de situaciones traumáticas, como se ha mencionado anteriormente, produce una necesidad del cerebro de protegerse y adquirir cierto grado de control ante lo que ocurre a su alrededor, es por eso que se necesitan mecanismos de protección que ayuden a tener una vida “aparentemente normal”, y que mantengan a los miedos y las inseguridades dentro de unos márgenes de control.

Esto se podría encuadrar dentro de lo que se denominan partes disociativas, haciendo alusión a partes dentro de uno mismo con emociones y necesidades distintas entre sí. Por ejemplo, la parte corporal necesita ser aceptada y valorada, y la parte autodestructiva, caracterizada generalmente por la presencia de atracones, necesita “llenar un vacío”.

la parte corporal necesita ser aceptada y la parte autodestructiva necesita «llenar un vacío».

El trabajo con estas partes, suele adquirir un papel fundamental al inicio de la terapia, debido a que las evitaciones o las resistencias al cambio, suelen estar condicionadas por estas partes que han ido adquiriendo con el paso de los años, formas y estructuras rígidas y muy estables. Para trabajar con estas partes, existe una herramienta muy útil: la técnica EMDR.

EMDR para reprocesar las emociones ligadas a la ingesta compulsiva

EMDR es una técnica basada en el procesamiento adaptativo de la información. Todos tenemos este mecanismo natural  para reprocesar los eventos traumáticos,pero en ocasiones, determinadas situaciones producen una reacción intensa que dificulta la puesta en marcha de dicho procesamiento y la fragmentación de la información. La aplicación del EMDR permite volver a conectar aquellas conexiones neuronales entre sí para recuperar las creencias, las emociones y las reacciones corporales que no pudieron completarse en un primer momento, permitiendo la integración y la eliminación del malestar y la perturbación emocional.

emdr permite volver a conectar conexiones neuronales para recuperar creencias, emociones y reacciones corporales.

La técnica consiste en la estimulación bilateral de los dos hemisferios cerebrales a través de movimientos oculares, sonidos o taping (golpecitos alternantes en las manos). Se realizan pequeñas tandas de estimulación, lo que genera recuerdos que son compartidos con el terapeuta hasta que el nivel de perturbación desaparezca.

¿Cómo se trabaja con EMDR en el trastorno por atracón?

La aplicación de la estimulación bilateral de la técnica EMDR en el trastorno por atracón, podría realizarse sobre dos vertientes: sobre la de la adicción (asociación placentera del atracón) y sobre la del origen (el trauma en sí).

El primero, hace alusión a conocer cuándo el atracón se asocia con “placer”, debido a que puede convertirse en una conducta adictiva. El inicio de cualquier conducta adictiva está basado en la necesidad de volver a experimentar el mismo placer a corto plazo que se produjo las primeras veces, aumentando así el nivel de dependencia bioemocional.

Para ello, la técnica de estimulación bilateral de EMDR se realizaría sobre aquel recuerdo concreto donde el atracón y la sensación de placer asociada a él  adquirieran mayor coherencia. La persona tendría que concentrarse en este recuerdo y en las sensaciones corporales que se generaron y la valoración de 0 a 10 del placer conseguido a través de la ingesta.

A través de EMDR  conseguiríamos establecer una mayor distancia con el placer y una mayor cercanía a las emociones de malestar, sentirse lleno, etc. y lograríamos la desvinculación del atracón como forma de calmar un estado de ánimo negativo.

La aplicación de la técnica de EMDR en los trastornos por atracón, podría continuar, con la reelaboración de recuerdos traumáticos del pasado y del presente que en pasos anteriores se hayan establecido como los causantes y los disparadores de los atracones actuales.

En EMDR, el pasado y el presente se conecta a través de disparadores que en la actualidad recuerden a acontecimientos anteriores, por ejemplo, una crítica, un gesto físico, un estado emocional concreto.

Además, desde este enfoque, también se procesan las creencias positivas y negativas, las emociones y la parte del cuerpo donde se localizan, esto es crucial debido a que las situaciones que nos afectan generan respuestas en estos tres tipos de variables.

La última parte del tratamiento con EMDR consistiría en la preparación de situaciones futuras que pudieran actuar como disparadores del atracón, para poder procesarlas a través de la estimulación bilateral y adquirir estrategias y herramientas para evitar que un determinado estado de ánimo licite la respuesta de ingerir comida de manera compulsiva.

Para terminar, señalar que la intervención psicológica con EMDR permite acortar la duración del tratamiento, consiguiendo resultados significativos desde las primeras sesiones.

 

Imagen: Maria Fabrizio para NPR

Texto: Syra Balanzat

 

 

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