Diez claves para estimular o desarrollar el apetito de tu hijo

claves para estimular o desarrollar el apetito de tu hijo

Diez claves para estimular o desarrollar el apetito de tu hijo. El apetito es una cualidad que debe desarrollarse en cada persona desde la infancia. Debes favorecer su auto-regulación.

A continuación te voy a exponer diez claves que pueden ayudarte a entender el significado del apetito infantil y de como puedes favorecer la autonomía de tu hijo, sin que ello te suponga ninguna preocupación. Más bien te sentirás orgullosos de la autonomía y control de tu pequeño.

1.- El peso normal no es un peso promedio, sino el relacionado con la talla del niño y la constitución de sus padres. Hay tipos de personas delgadas, medianas y fuertes, siendo todas variantes de la normalidad.

No se puede elegir la constitución, nos ha sido dada genéticamente. Cada niño tiene un apetito distinto, igual que un carácter o una personalidad, y a menudo se parece a alguno de sus familiares.

Una conducta muy controladora o exigente de los padres impide que el niño desarrolle una imprescindible autonomía.

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Sopa de verduras

2.- El tamaño del estómago del niño puede ser 10 veces menor que el de sus padres, lo mismo que su peso y su envergadura.

Es importante valorar esas proporciones antes de ofrecerle la comida. El niño está preparado, como todos los mamíferos, para saber automáticamente qué cantidad de comida necesita.

3.- Hay que confiar en la sabiduría innata. A partir del año, se aumenta de peso unos 200 gr/mes, menos de lo que pesa un vaso de agua y por tanto no procede el pesaje frecuente, ya que está muy condicionado por las comidas y las evacuaciones.

Si pesáramos la comida de un día completo, es probable que sobrepase los 500-1000 gr, de los cuales la mayor parte se destinarán a obtener energía. Solamente 7 gr se destinarán al crecimiento del niño (menos de lo que pesa una cucharada).

Nosotros no tenemos que calcular nada, ni pesarlo con frecuencia, ni tenemos que compararlo con nadie, debemos confiar en su capacidad innata.

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Alimentación autónoma

4.- Durante los catarros e infecciones banales, perderá unos días el apetito. Esto es algo normal, ya que el organismo priorizará al sistema defensivo y utilizará todas sus fuerzas en combatir a la infección.

La digestión precisa de mucha energía y no puede entretenerse en cosas momentáneamente secundarias.

Es errónea la idea de que si come menos se defenderá peor. En el momento en que la infección esté controlada, volverá a su apetito normal y recuperará su peso en poco tiempo. (ver enlace)

5.- Hay que favorecer la autonomía en la alimentación. En cuanto se pueda, se debe permitir que los niños coman solos. A partir de los 6-8 meses es un buen momento para enseñar a probar alimentos sólidos. (Ver Alimentación a partir de los 6 meses)

Les gusta tomar lo que ven que toman sus mayores; Hay que aprovechar esta circunstancia, para que prueben alimentos adecuados para su edad. Pueden tomar alimentos blandos como pan y fruta, que les va a enseñar a masticar primero y después a tragar. (Baby leed weaning)

Este proceso deberá ser vigilado por los padres, hasta comprobar que no se atragantan. En cuanto aprenden, ya no hay que vigilarlos. No se debe retrasar excesivamente el aprendizaje de masticar y tragar, pues luego tendrán dificultades y solo tomarán líquidos y purés.

6.- Una de las funciones más importantes de los padres consiste en confeccionar un menú sano y variado, adecuado para su edad.

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Ensalada

El niño es quien debe aprender a satisfacer sus necesidades y calcular lo que necesita.

No debemos interferir en su apetito, con el fin de que vaya desarrollando su capacidad de auto-control, sin preocuparse de los rechazos transitorios que puedan surgir.

7.- Los padres deberán establecer normas de conducta en la mesa, como higiene de manos, lugar de la comida, tiempo asignado para cada plato, no levantarse de la mesa hasta que finalice la comida, etc.

8.- La cantidad de alimento a tomar le pertenece al niño. El día que no quiera comer, o bien no tiene apetito porque comió demasiado la vez anterior o bien está indicando que hay algún problema de empacho o inadecuación de la dieta que está tomando. (Si persiste este problema deberíamos hacer un informe nutricional)

Esta autonomía desde la temprana edad, va a favorecer un adecuado funcionamiento del sistema Hambre-Saciedad.

El niño sabrá reconocer cuando tiene hambre y comerá con gran satisfacción, y también sabrá parar cuando su cuerpo se lo pida.

Si el niño se niega a comer la comida que se le ha preparado, con la mayor naturalidad, se la retirará de la mesa, y no se le dará ningún alimento hasta la próxima comida (salvo agua).

Si el motivo del rechazo, era probar la reacción de sus padres, al no obtener beneficio, probablemente en cuestión de días, no repetirá este tipo de «rebelión reactiva». (Que coman bien es más sencillo de lo que imaginas)

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Melón y frutas

.9.- En la mesa se debe crear un ambiente agradable, se debe conversar con el niño, es el momento de exponer las cosas que nos importan.

En el área mediterránea, la hora de comer, no es solo el momento de alimentarse, es también el momento de reunirse con los familiares y disfrutar de la conversación.

No se deben utilizar los alimentos, como premio o castigo. Son estrategias que pueden dañar la capacidad de autocontrol y favorecer el deseo por los alimentos basura (helados, dulces, gusanitos, etc.).

10.- Si la falta de apetito se alargase más de lo esperado, se comentará en la consulta con el pediatra. Si la situación lo requiere se realizarán algunas pruebas, para determinar si hay alguna causa orgánica que afecte el apetito del niño.

Se realizará un informe nutricional. Hemos observado que una de las causas por las que los niños no comen bien, es por el abandono de la Dieta Mediterránea Tradicional, es decir el tipo de alimentación que se supone más adaptada a los seres humanos de nuestra zona.

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Ensalada con alimentos frescos

La aparición de nuevos alimentos industriales, y el exceso de los de origen animal, ha ocasionado la inadecuación del aparato digestivo y la alteración de la flora intestinal.

La falta de apetito podría ser debida a la falta de calidad de determinados alimentos, que producen una anómala regulación hormonal, bloqueo enzimático, inflamación de bajo grado y la consiguiente sensación de empacho.

Deberíamos seguir un programa de educación nutricional que nosotros hemos llamado «Aprendiendo a comer del mediterráneo», pero que cualquier nutricionista con dedicación infantil podría explicaros.

Un programa dirigido a niños con problemas nutricionales como la falta de apetito, con la finalidad de reconducir los hábitos alimenticios en la dirección correcta, y favorecer la recuperación del sistema Hambre-Saciedad.

 

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