Cuando llega la hora de la comida y estás en el trabajo miramos la hora una media de 10 veces por minuto (media calculada a ojímetro). Si el tupper que nos hemos preparado está rico, esa media puede elevarse a 20 veces. Así que este es el post que tus jefes no quieren que leas: cómo conseguir que tu tupper sea saludable, rico y la envidia de tus compañeros.
La mejor manera de ayudarte a conseguir que de gusto mirar y oler tu tupper es señalando tus posibles errores. Pero empezaré destacando algo que haces bien: comer de tupper. Si estás leyendo esto es porque en lugar de gastarte dinero en menús de mediodía que no suelen ser muy saludables, pierdes unos minutos al día en prepararte el tupper y eso es una costumbre que con bastante probabilidad hará que tu alimentación sea más casera y saludable.
Errores clásicos a la hora de prepararte el tupper
Estos son los 5 errores más comunes de los take away caseros:
1. En la mayoría de tus tuppers probablemente solo hay carbohidratos, grasas y quizá algo de proteína.
Si lo tuyo son los tuppers de pasta con alguna salsa de queso o los de arroz con tomate de bote, siento decirte que ni tus comidas son muy saludables, ni equilibradas.
Aunque es genial que la pasta, el pan o el arroz (siempre mejor en su forma integral) no falten en tu dieta, te recomendamos que no sean los protagonistas del plato o por lo menos no lo sean siempre. Si conviertes al carbohidrato en el protagonista, seguramente será a costa de comer menos vegetales. Para invertir eso, lee el segundo error.
2. En tus tuppers la verdura escasea o no está presente, para qué engañarnos.
Intenta que los vegetales no se limiten a esa ensalada que se coloca en el centro de la mesa de vez en cuando, esa cebolla en la tortilla de patata o esa hoja de rúcula en la pizza.
La mayoría de humanos pecamos de lo mismo: marginamos los vegetales y los usamos para decorar o en el mejor de los casos los usamos como guarnición de la guarnición. Hay que tomar conciencia de lo importantes que son para la salud, por su riqueza en fibra, vitaminas y minerales, nutrientes esenciales imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo.
3. Te preparas casi siempre lo mismo y de la misma manera
Te invitamos a cambiar los ingredientes de tus preparaciones y a convertir esa clásica “ensalada de atún” en ensalada de garbanzos o de pavo y esa socorrida “pasta boloñesa” en pasta con brócoli y lentejas o pasta con judías verdes y huevo. Comer siempre lo mismo es aburrido y cansa. Y aunque cuando comemos lo mismo lo hacemos para ganar tiempo, recurrir a otras preparaciones igual de fáciles solo nos quitará el tiempo que empleemos en buscar las recetas.
Para contar con recetas fáciles el mejor consejo que te puedo dar es seguir redes sociales de dietistas-nutricionistas graduadas que recomienden preparaciones equilibradas. Os propongo, por ejemplo, seguir la cuenta de Instagram de Alimmenta, así como las de cualquiera de sus nutricionistas u otros colegas dietistas-nutricionistas.
4.Tu tupper es demasiado pequeño o demasiado grande
Es un error de base. Un tupper pequeño te hará quedarte con hambre y un tupper grande puede llegar a hartarte con tanta comida. Invierte unos euros en un tupper de un tamaño adecuado y este error pasará a la historia.
5. Tu comida de tupper no tiene tan buen aspecto el día después
No voy a entrar a hablar de la conservación y de la importancia de no romper la cadena de frío porque este post se alargaría demasiado. El mal aspecto de un tupper bien conservado en la nevera puede deberse a varios motivos. Uno de los más frecuentes es aliñar las preparaciones con vinagretas que oxidan los alimentos. De nuevo, invertir unos euros en un pequeño envase para añadir la salsa o vinagreta justo antes del comerte el tupper, solucionará este error común.
El mal aspecto o textura desagradable de algunas preparaciones de tu tupper también puede producirse si el tupper se ha descongelado: alimentos como el arroz, la pasta, la patata o el queso, pierden su textura habitual y eso hará que no te apetezca tanto comerlos.
También puede ser que las carnes y los pescados a la plancha te resulten resecos el día después. Hay pequeños trucos para conseguir que no se resequen tanto pero lo ideal es reservar estas carnes y pescados para la hora de la cena o para los fines de semana. En el tupper podemos introducir otro tipo de proteínas y preparaciones más tupper-friendly: pollo salteado especiado, legumbres, gambas, huevo o incluso el socorrido atún.
Si tienes más de 22 años y te reconoces en todos los errores, te recomendamos acudir a un dietista-nutricionista que ponga un poco de orden en tus comidas. Si logras dar la vuelta a estos cinco errores, te preparás tuppers hasta para cenar. Te recomiendo completar este artículo con este vídeo de menús semanales y este otro vídeo sobre cocina en lote o batch cooking de mis compañeras de Alimmenta.
Por último, recordarte que el título de este post prometía que tu tupper iba a ser la envidia de tus compañeros. Si para ti conseguir eso es importante (cada uno es como es 😉 puede ayudar comerte el tupper con ganas y relamiéndote, hayas puesto lo que hayas puesto dentro.
Photo de Ella Olsson