¿Cómo preparar helados caseros saludables?

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Helados de frambuesa

En verano, las neveras de los supermercados se empiezan a llenar de decenas de opciones de helados, sorbetes, granizados y horchatas, nuevas tentaciones azucaradas que se suman a las que están presentes durante todo el año. Para combatir esa presión heladera que nos espera en casi cada esquina es necesario: 1. Concienciarnos de que son perjudiciales (contienen azúcar y grasas de mala calidad) 2. Apaciguar el mono heladero preparando helados caseros saludables.

¿Por qué no hay que abusar de los helados comerciales?

Los helados de hielo nos aportan básicamente azúcar. Los más cremosos, además de azúcar, contienen grasas de dudosa calidad. Si además son helados cremosos con cobertura de chocolate o galleta, la cantidad de grasas y azúcar sigue multiplicándose. Y si ahora mismo estáis pensando en esos helados «cero calorías» como opción, hay que señalar que su sabor dulce se consigue a base de edulcorantes que no resultan inocuos para la salud. Los edulcorantes pueden producir diarreas, gases, molestias digestivas y también afectar la flora bacteriana. Estos helados tampoco nos ayudan a acostumbrar al paladar a consumir alimentos menos dulces, que sería uno de los objetivos de preparar helados caseros con el punto justo de dulzor.

¿Cómo «desengancharnos» de los helados comerciales?

Para conseguir el desenganche es importante evitar ese pasillo del supermercado. Se acabó el hacer acopio de helados en tu frigorífico. Es una de esas costumbres que tenemos porque sí, porque un día los supermercados empezaron a poner neveras grandes con helados que estaban ahí para ti, y los metías en tu carro sin pensar y punto. Pero ahora es el momento de ser críticos y empezar a elegir. ¿Queremos gastarnos el dinero en una alimentación saludable? Pues veta los helados comerciales y resérvalos para un consumo esporádico, y el carro o lista de la compra no representan ese consumo esporádico. Cuando destierres estos helados de súper, segurísimo que agradecerás recuperar un cajón del congelador. 
¿Verdad que ahora tienes un cajón libre en tu congelador? Pues ahora mismo vamos a llenarlo de opciones de helados saludables. Tener a tu alcance la versión saludable de los alimentos que más te gustan es la clave para olvidar la versiones comerciales que perjudican tu salud. 

¿Con qué ingredientes podemos preparar nuestros helados saludables?

En estos momentos casi seguro que tienes en tu nevera opciones para preparar helados caseros. Si tienes algún yogur natural y fruta, ya puedes empezar  tu aventura heladera. Eso sí, si no eres amish te recomendamos emplear algún electrodoméstico tipo batidora o batidora en vaso:
https://licuadorasybatidos.com/batidoras/vaso/

Helados con frutas 

Puedes preparar tu helado con cualquier fruta y mejor si no discriminas ninguna. Si has leído algún artículo poco riguroso que dice que comiendo equis fruta te saldrá un tercer ojo, puedes ignorarlo. Tampoco es muy recomendable hincharte a la misma fruta todos los días. En la variedad está el gusto y el equilibrio.
La fruta aportará a nuestro helado su dulzor y nos permitirá prescindir de azúcar, miel o edulcorantes. Recuerda que cuanto más madura sea la fruta, más dulzor aportará. Además, la fruta es un dechado de virtudes nutricionales que no tiene competencia: su fibra, vitaminas y minerales son la envidia de cualquier complemento vitamínico de venta en farmacias. 

A la hora de escoger frutas, intenta priorizar las de temporada, consejo aplicable a cualquier producto fresco que compres. Los alimentos de temporada, además de ser más ecológicos, son los que estarán en su punto óptimo de maduración. 

Lácteos para tus helados

El segundo gran grupo de alimentos helado-friendly son los lácteos. Los lácteos nos aportarán sus nutrientes (calcio, proteínas, vitaminas y minerales) y un punto de cremosidad que variará dependiendo de su aporte graso: cuanto más grasa, más cremoso. La leche entera o los yogures naturales darán algo de cuerpo a nuestros helados. La nata o los yogures estilo griego aportarán aún más cuerpo. Si buscas un extra de cremosidad también puedes recurrir a otros alimentos ricos en grasas saludables como el aguacate o las cremas de frutos secos. Si tenéis sobrepeso, es más recomendable preparar estos helados con leche desnatada o semidesnatada. 

Leches y yogures vegetales

Otra gran opción para nuestros helados son las leches vegetales. Recuerda optar siempre por leches vegetales sin azúcar y enriquecidas en calcio y vitamina D. Los yogures que empleemos en nuestras mezclas heladeras también pueden ser fermentados vegetales de avena o soja sin azúcar. Seamos o no veganos o vegetarianos, es interesante ir probando este tipo de ingredientes para contar con más variedad de combinaciones.

Especias y otros ingredientes

Las especias serán otro de tus grandes aliados. La menta es la especia reina del verano, pero puedes emplear las que más te gusten: canela, vainilla, cardamomo, jengibre o incluso un toque de té verde. Anímate a arriesgar y experimentar con diferentes tipos de especias.
El chocolate puro especiado y frutos secos molidos o en crema, darán a nuestro helado casero ese toque «wow». 

Ahora ya tienes un buen puñado de ingredientes para jugar a ser Jordi Roca. Pero por si empezar con las mezclas se te hace un poco cuesta arriba, te proponemos tres helados fáciles y rápidos que te harán mirar con desprecio al magnum almendrado.

Helado de chocolate

Tres helados sanos, sanísimos

1. Fruti-fruti
Un chute de vitaminas heladas que podéis preparar con cualquier fruta.

Ingredientes: frutos rojos (frambuesas, arándanos, fresas) , leche de almendra sin azúcar y canela.
Preparación: hay que triturar los frutos rojos y mezclarlos con la leche de almendra y canela al gusto. Si quieres, puedes dejar alguna frambuesa entera para ir encontrando trocitos según te comas el helado. Con la mezcla, se rellenan los moldes de helados y se congelan.

2. Explosión cítrica
Para esos días en los que te sobra la piel y no paras de pensar por qué aquí no se estila eso de que los prepúberes vendan limonada por la calle.

Ingredientes: menta, limón, jengibre natural, leche, claras de huevo y tres dátiles.
Preparación: calienta la leche con un trozo de jengibre para que ésta se impregne de su sabor. En un vaso adecuado, bate la leche, el zumo de limón y la menta y dátiles triturados. Bate las claras a punto de nieve y mézclalas, con movimientos envolventes, con el resto de ingredientes. Introduce la mezcla en moldes de helados y congélalos. Una proporción adecuada de mezcla podría ser de medio litro de leche, dos claras de huevo y tres dátiles. El resto de ingredientes pueden variar mucho dependiendo de tu gusto.

3. Superchoco
Para días golosos.

Ingredientes: yogur griego, plátano maduro, cacao puro en polvo y en tableta, crema de cacahuete, un par de dátiles, canela y anacardos.
Preparación: tritura el yogur con el plátano, el cacao en polvo, la crema de cacahuete, los dátiles y el toque de canela. Rellena los moldes de helado con la mezcla. Una vez congelado, saca los helados de los moldes, rebózalos en el chocolate puro de tableta derretido y luego pásalo sobre los anacardos troceados que darán ese punto crunchi irresistible a tu helado. Conviene rebozar los helados antes de que se empiecen a descongelar, claro. 

Cuando probéis estas alternativas de helados libres de azúcar, grasas poco saludables y culpa, seguro que repetís. 

 

Foto del helado de chocolate de Matilda Bellman (Unsplash)
Foto del helado de frambuesas de Daniel Hjalmarsson (Unsplash)

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