Nutrición en enfermedad inflamatoria intestinal (EII)

enfermedad inflamatoria intestinal

Si sufres enfermedad inflamatoria intestinal, en este artículo te explicaré en qué consiste, cuáles son las formas principales de EII, sus síntomas y también cuáles son los nutrientes imprescindibles para hacer frente a esta patología. 

¿Qué es la Enfermedad inflamatoria intestinal?

La Enfermedad inflamatoria intestinal (EII) comprende un conjunto de enfermedades crónicas en las que ocurre una inflamación del intestino. Las dos formas principales de EII son Enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa:

  • La Enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano.
  • La Colitis ulcerosa se limita sólo al colon y al recto.

Los principales síntomas (aunque no los únicos) de la EII son dolor abdominal, calambres, diarrea, sangrado rectal, fatiga y pérdida de peso.

Estos síntomas vienen y van. Las personas con EII tienen picos en los que se exacerban los síntomas, que se alternan con fases de remisión, sin síntomas. El tratamiento que recibas dependerá de la severidad de tus síntomas y su objetivo es aliviarlos y evitar que vuelvan. Puede incluir fármacos, una dieta específica, cambios en el estilo de vida y, en casos graves, cirugía.

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La inflamación del intestino en la EII puede detener la absorción de las vitaminas y minerales

¿Qué nutrientes son importantes en EII?

La inflamación del intestino en la EII puede detener la absorción de las vitaminas y minerales que ingerimos con los alimentos. Una dieta sana y equilibrada puede ayudar a mejorar los niveles de micronutrientes. No obstante, si tus analíticas muestran niveles bajos a pesar de esto, puede que sea necesario recurrir a los suplementos.

El hierro en la dieta para EII

Es frecuente que las personas con EII tengan niveles bajos de hierro y esto puede conducir a anemia. Algunas causas son la ingesta insuficiente, las pérdidas de sangre y problemas en la absorción de este mineral.

  • Prueba a comer más alimentos ricos en hierro para aumentar la cantidad procedente de la dieta. El hierro se encuentra en vegetales de hoja verde, cereales fortificados, huevos, carne y legumbres, como lentejas, alubias y guisantes.

Vitamina B12 y folato

La vitamina B12 se encuentra en carnes, pescados, leche, queso, huevos y cereales adicionados con B12. La mayoría de las personas obtienen suficiente cantidad de vitamina B12 a través de la comida. Sin embargo, si sigues una dieta vegetariana o vegana, basada únicamente en alimentos de origen vegetal, es recomendable que tomes suplementos de vitamina B12. El folato trabaja con la vitamina B12 para producir glóbulos rojos.

La vitamina B12 y el folato se absorben en el tramo final del intestino delgado, llamada íleo. Las personas que tienen inflamada esta zona o les ha sido extirpada mediante cirugía, no pueden absorber la vitamina B12. En estos casos, pueden necesitar inyecciones de esta vitamina cada 3 meses para evitar que los niveles desciendan demasiado.

Vitamina D y EII

Nuestro cuerpo sólo puede obtener vitamina D cuando exponemos la piel al sol. También hay vitamina D en los pescados grasos, yema de huevo y alimentos con vitamina D añadida, como las margarinas y cereales de desayuno. Sin embargo, ingerirlos no es suficiente para mantener unos niveles adecuados de vitamina D durante los meses de invierno.

Las personas con EII tienen mayor riesgo que sean bajos sus niveles de vitamina D debido a la menor absorción intestinal y, si esto no se corrige, puede afectar a los huesos.  

Calcio en dietas para enfermedad inflamatoria intestinal

El calcio es importante para huesos y los dientes fuertes. El calcio se encuentra en alimentos como los lácteos, pescados pequeños como las sardinas (en los que nos comemos las espinas) y alimentos con calcio añadido, como pan y cereales de desayuno.

Algunas personas con enfermedad inflamatoria intestinal desarrollan intolerancia a la lactosa. Si es tu caso, tu nutricionista te puede recomendar suplementos de calcio.

Fibra y EII

Algunas personas, durante los brotes agudos, necesitan seguir una dieta baja en fibra, retirando algunos alimentos que pueden irritar el intestino inflamado y empeorar los síntomas u obstruir algunas zonas del intestino.

Habitualmente, los alimentos que se excluyen en las dietas bajas en fibra son los frutos secos y semillas, las pieles de las frutas, vegetales y legumbres, los granos integrales y la fruta deshidratada.

Durante la remisión, es importante reintroducir algunos tipos de fibra, ya que es muy beneficiosa para el intestino y, para la salud en general.

Intolerancia a la lactosa

La lactosa es un azúcar que está presente en los lácteos como la leche y el yogur. La lactosa “se rompe” en el intestino gracias a una enzima llamada lactasa.

Las personas con Enfermedad de Crohn pueden padecer intolerancia  a la lactosa ya que la enzima lactasa se produce en el revestimiento del intestino delgado. Si esta parte del intestino está inflamada, puede afectarse la producción de la lactasa y no producir suficiente para romper la lactosa en el intestino. Una dieta baja en lactosa o sin lactosa puede ayudarte a controlar los síntomas.

  • Si compras productos sin lactosa o alternativas vegetales, asegúrate de que están fortificados con calcio. Puede que, teniendo intolerancia a la lactosa, toleres pequeñas cantidades de lactosa, como un poquito de leche en el café.

La intolerancia a la lactosa puede ser transitoria, y cuando el revestimiento del intestino se cure, podrías volver a producir lactasa y aumentaría tu tolerancia a la lactosa.

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¿Qué hay de las dietas especiales?

Es importante que sepas que ninguna dieta ha demostrado ayudar a las personas con EII, excepto la nutrición enteral exclusiva en Enfermedad de Crohn. Sin embargo, algunas personas pueden sentir mejoría con dietas específicas. Por ejemplo, la dieta baja en FODMAP puede ayudar a mejorar síntomas como dolor abdominal, estreñimiento y diarrea en personas con Enfermedad de Crohn o Colitis inactiva.

Ten en cuenta que esta dieta también excluye algunos tipos de alimentos que pueden ser útiles para el manejo de la enfermedad.  Por eso, antes de empezar ningún tipo de dieta, consulta con tu Dietista-nutricionista.

Web de la autora (Alejandra Matamoros)

Bibliografía

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