El consumo de bebidas energéticas ha aumentado exponencialmente en las últimas décadas. En una época en la que los perjuicios del tabaco y el alcohol están más que confirmados por la comunidad científica, las marcas han iniciado una carrera para crear nuevas bebidas energéticas que salen al marco con mucha inversión en marketing.
El de las bebidas energéticas no es un fenómeno nuevo
Este tipo de refrescos surgieron en Japón en los años 60 y se popularizaron en el continente Europeo a finales de los 80 e inicios de los 90 gracias a la famosa marca Red Bull TM . Su expansión en USA no llegó hasta el año 1997. Las campañas publicitarias las posicionaron como bebidas que, más allá de aportar energía, «mejoraban el rendimiento deportivo, la concentración y estimulan el metabolismo».
Más del 16% de los jóvenes mezclan las bebidas energéticas con alcohol.
¿Quién consume este tipo de bebidas energéticas?
Dentro de las diferentes franjas de edad, los jóvenes son el grupo de la población que tiene una mayor exposición y consumo de este tipo de bebidas. Según la encuesta ESTUDES, a nivel español casi la mitad de los estudiantes entre 14-18 años en el año 2021 tomó este tipo de bebidas en los últimos 30 días (1)
En dicha encuesta, se valoró también el consumo de bebidas energéticas junto al alcohol en los últimos 30 días y se observó que era del 16,1%, dato que se mantuvo estable respecto a 2019.
Por otro lado, en la encuesta de EDADES del año 2020, observó que el 12,3% de la población española entre 15 a 64 años había consumido bebidas energéticas los últimos 30 días.
De todas estas encuestas también se pudo observar que el consumo de las bebidas energéticas está más extendido entre los hombres que en mujeres, en todas las franjas de edad.
Entre los ingredientes de las bebidas energéticas se encuentran la cafeína, taurina,
L-carnitina, D-glucurono-y– lactona, guaraná, ginseng y vitaminas
del grupo B
¿Qué es una bebida energética?
Aunque no existe una regulación específica para las bebidas energéticas, podemos definirlas como un tipo de bebida que aporta cafeína y generalmente también otros ingredientes como taurina, L-carnitina, D-glucurono-γ– lactona, guaraná, ginseng y vitaminas del grupo B, entre otros.
Este tipo de bebidas se pueden encontrar tanto con azúcar (suelen aportar alrededor de 11g por 100ml, dependiendo de la marca) o con edulcorantes si se tratan de bebidas energéticas “sin azúcar”(2).
La cantidad de cafeína puede variar bastante y su cantidad dependerá del fabricante, pero es habitual que oscile entre 15-55mg cada 100ml, de manera que nos aporta entre 37,5-137,5 mg de cafeína por cada 250ml de bebida.
A nivel de etiquetado, el reglamento (UE) Nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre la información alimentaria facilitada al consumidor(3), nos indica que siempre que el producto contenga una cantidad superior a 150mg cafeína/L su etiquetado deberá presentar la siguiente mención: “Contenido elevado de cafeína: No recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia”, junto con la cantidad de cafeína que aporta expresado en mg o 100ml.
Hay que tener en cuenta el hecho de que muchas de estas bebidas se pueden comprar en tamaños de 500ml.
Cantidad habitual de cafeína de varias bebidas:
Alimento |
Ración (ml o g) |
Cafeína (mg) |
Café filtrado |
200 |
90 |
Bebida energizante, Red bul TM |
250 |
80 |
Cafés expreso |
60 |
80 |
Té negro |
220 |
50 |
Bebida de cola |
330 |
37 |
Chocolate con leche |
50 |
10 |
*Tabla adaptada del: Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas. 2021.
Efectos adversos de las bebidas energéticas
La gran aceptación entre los adolescentes de este tipo de bebidas como bebidas antifatiga cada vez suscita mayor preocupación puesto que, además de estimular el sistema nervioso central y cardiovascular, el consumo habitual se asocia a una sobredosis de cafeína que puede favorecer el desarrollo a largo plazo de ciertas patologías como la hipertensión, pérdida de masa ósea y osteoporosis, y otras enfermedades cardiovasculares.
Dentro de los efectos secundarios, destacan las palpitaciones, el insomnio, náuseas, vómitos y micción frecuente. Además hay que advertir de la posible relación entre el consumo de este tipo de bebidas y el de otras sustancias y la combinación de estas con el alcohol.
Cafeína y bebidas energéticas
La cafeína, uno de los componentes principales en las bebidas energéticas, es un compuesto que podemos encontrar de forma natural en ciertos vegetales como los granos de cacao, café, hojas de té, bayas de guaraná y la nuez de cola.
Es estimulante del sistema nervioso central, y en dosis moderadas aumenta el estado de alerta, reduce la sensación de fatiga y reduce somnolencia(4).
Al tomar cafeína, el cuerpo empieza a notar su efecto a partir de los 15-30 minutos. Este puede llegar a durar de 2 a 8 horas, dependiendo de muchos factores como son: edad, peso corporal, embarazo, ingesta de medicamentos, estado de salud del hígado, entre otros.
Algunos de los efectos frecuentes de la cafeína son las náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago, dolor de cabeza, zumbido de oídos, desorientación, trastornos del ritmo del corazón, irritabilidad, sofocos, respiración acelerada y eliminación muy abundante de orina.
Dentro de los efectos adversos en adultos y niños, la cafeína a corto plazo puede provocar alteraciones del sueño, ansiedad y cambios en el comportamiento.
A largo plazo, el consumo excesivo de cafeína se relaciona con: problemas a nivel cardíaco (cardiovasculares) y en mujeres embarazadas, retraso en el crecimiento del feto.
La cafeína es un compuesto ampliamente utilizado en multitud de fármacos por lo que suelen incluir prospectos y fichas técnicas con los efectos adversos relacionados con este compuesto. Entre los muy frecuentes (en más de 1 de cada 10 pacientes): puede producir insomnio, inquietud y excitación
Entre los frecuentes (en menos de 1 de cada 10 pacientes): náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago, dolor de cabeza, zumbido de oídos, desorientación, trastornos del ritmo del corazón, irritabilidad, sofocos, respiración acelerada y eliminación muy abundante de orina. Con dosis altas de cafeína puede aparecer ansiedad y angustia.
Los jóvenes creen que los riesgos del consumo de cafeína son bajos.
¿Cuánta cafeína puedo consumir?
Como hemos comentado anteriormente, este tipo de bebidas tienen una muy buena aceptación entre los jóvenes y no tan jóvenes, lo que hace que la percepción del riesgo asociado a su consumo sea baja.
Consumo de cafeína en adultos
Dosis únicas de hasta 200mg de cafeína no presentan problemas de seguridad para la población adulta sana general. En el caso de deportistas, 200mg en un período menor a 2 horas antes del ejercicio físico intenso y en condiciones ambientales normales. (4)
También se ha podido observar en algunos adultos que dosis de 100mg de cafeína puede afectar la duración y los patrones de calidad del sueño, sobre todo si se consume cercar de la hora de acostarse.(4)
La cantidad máxima de cafeína consumida a lo largo del día que se ha observado segura y que ha demostrado no tener efectos perjudiciales para la salud en adultos, excepto en embarazadas, es alrededor de 400mg al día.
Consumo de cafeína en mujeres embarazadas y lactantes
Las ingestas de cafeína de 200mg al día consumidas a lo largo del día no tienen efectos perjudiciales para la salud del feto. (4)
Consumo de cafeína en niños y adolescentes
Las dosis únicas de cafeína que se consideran no perjudiciales para los adultos se pueden aplicar en niños, ya que la velocidad de metabolización o procesamiento de la cafeína tanto en adolescentes como niños es como mínimo igual al de los adultos.(4)
Se están observando una serie efectos adversos y situaciones asociadas al exceso de cafeína que pueden generar un grave problema de salud pública.
¿Qué uso le damos a las bebidas energéticas?
Uno de los principales problemas de este tipo de bebidas es el uso que le damos. Normalmente este tipo de bebidas, gracias al fuerte marketing que hay detrás, se usan como bebidas antifatiga y se asocian aquellos momentos que necesitamos estar más despiertos, concentrados, reducir el cansancio o incluso queremos más energía.
Estos momentos normalmente son: épocas de exámenes en adolescentes, turnos de noche en adultos, días de trabajo que no hemos descansado lo suficiente, en adolescentes o adultos que no les guste el café pero buscan ese efecto estimulante, deportistas con el fin de mejorar su rendimiento, etc. Pero paralelamente a esto, se están observando una serie efectos adversos y situaciones asociadas al exceso de cafeína que pueden generar un grave problema de salud pública.
En el año 2012, un estudio (5) señalaba que las bebidas energéticas con cafeína representaron la mayoría de las alertas informadas en un hospital infantil de Sidney, Australia, durante los años 2004-2010. Se pudo observar que, en adolescentes, el consumo de este tipo de bebidas se asociaba principalmente al ocio, y los síntomas asociados a las alertas se relacionaban principalmente con la sobredosis de cafeína, incluso, en un bajo número de casos, se pudieron observar otro tipo de complicaciones tanto a nivel cardíaco, como neurológico.
BIBLIOGRAFÍA:
- Observatorio E de las D las A. OEDA Bebidas energéticas. 2022.
- Rubio.C et al. Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas. Comité científico. 2021;
- REGLAMENTO (UE) No 1169/2011 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO. 2011.
- EFSA. EFSA explica la evaluación del riesgo. 2015.
5. Gunja N, Brown JA. Energy drinks: Health risks and toxicity. Medical Journal of Australia. 2012 Jan 16;196(1):46–9.
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