
La Estrategia NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad física y prevención de la Obesidad) es un buen ejemplo de campaña de prevención de la obesidad infantil y/o de los problemas de salud asociados a ella, puesto que muchas veces los destinatarios ya presentan algún grado de obesidad y lo que se pretende es frenar el aumento de peso o disminuir el exceso ponderal en la medida de lo posible. Este programa fue promovido hace unos años por el Ministerio de Sanidad y Consumo del Gobierno español y ampara gran variedad de iniciativas con el denominador común de la obesidad infantil. Una de las intervenciones que se han llevado a cabo en el seno de esta estrategia es el programa “Niñ@s en movimiento”, que pretende educar a la población infantil en pautas de alimentación y ejercicio físico saludable con el objetivo de reducir la tasa creciente de sobrepeso y obesidad. Es un programa con un marcado enfoque psicosocial, en el que se introduce a los niños y niñas, siempre mediante el juego, una serie de enunciados que recogen creencias populares más o menos extendidas acerca del hecho de la alimentación y el ejercicio físico. Discriminar entre estas creencias las verdaderas y las falsas, así como argumentarlas e integrarlas en el esquema cognitivo de los pequeños y de los padres, es el objetivo de las diferentes actividades que se proponen.
La importancia de tales intervenciones es enorme en tanto que l@s niñ@s se ven sometidos en la actualidad a modelos contradictorios en materia de hábitos saludables, autoestima, etc., tal y como comentamos en artículos anteriores. Aun siendo existente dicha contradicción entre modelos, hay que señalar que por frecuencia de contacto y recursos los modelos más poderosos suelen ser los mass media y los modelos sociales desadaptativos por haber interiorizado ellos mismos (padres, amig@s, profesorado…) los modelos patógenos dominantes socialmente. Merece especial atención el colectivo de maestros de educación física, entrenadores y similares, ya que muy a menudo carecen de la formación adecuada para transmitir a nuestras criaturas, en forma y en fondo, una adecuada educación en pro de la vida saludable y el bienestar psicológico (en temas como, por ejemplo, aminoácidos esenciales o factores de riesgo para trastornos de la conducta alimentaria).
A continuación se presentan algunos enunciados con la finalidad de ejemplificar el tipo de patrones cognitivoconductuales que se pretende trabajar en el programa psicoeducativo “Niñ@s en movimiento”.
Afirmación 1: Llevar un estilo de vida activo para un/a niño/a incluye hacer media hora o más de tareas domésticas cada día.
SÍ. Las tareas de la casa implican estar en movimiento durante un tiempo más o menos prolongado, y suponen la realización de un ejercicio físico moderado. Además, suelen requerir menos intensidad que un deporte, con lo que la sensación de cansancio es menor. Por si esto fuera poco, contribuyendo a las tareas domésticas adquieres independencia y ayudas a tus padres para que no vayan tan estresados.
Afirmación 2: Si uno/a quiere que le quieran, primero se debe querer a sí mismo/a.
SÍ. Si no te quieres a ti mismo/a estás acomplejado/a, triste e inhibido/a y te muestras a los demás de esta manera. Ellos te percibirán así y no se darán cuenta de los rasgos positivos e interesantes que tienes como persona.Debemos conocer los puntos fuertes de nuestra personalidad para poder mostrar a los demás y permitir que también los conozcan.
Por ejemplo: si eres consciente de que eres una persona divertida y estás satisfecho/a con esta faceta de ti, probablemente te atreverás a hacer bromas y contar chistes a los otros niños/as, que te percibirán como una persona divertida y te valorarán por ello .
Afirmación 3: Es de mala educación decir que ya no quieres más comida.
NO. Expresar lo que queremos o sentimos con corrección y respeto hacia los demás no es de mala educación: se llama asertividad y es clave para nuestro bienestar. Si quieres estar bien contigo mismo/a y con los demás, es importante que aprendas a ser asertivo/a.
Cuando decimos las cosas correctamente y con cuidado de no herir los sentimientos de las otras personas, es improbable que éstas se molesten. Si es así, sin embargo, les tenemos que explicar que no es que no nos guste la comida que ha cocinado, sino que ya hemos quedado hartos/as y no nos apetece comer más.
Por ejemplo: imagínate que vas a comer a casa de los abuelos y te ponen más comida de la cuenta. Si no se lo dices y te lo comes haciendo un esfuerzo, más tarde te encontrarás mal. En cambio, si se lo dices amablemente, lo entenderán y las próximas veces ya no te llenarán tanto el plato: además, tú te sentirás bien porque no has comido más de lo que querías y has conseguido ser asertivo/a.
Animo a las personas lectoras, especialmente a aquellas con educación superior en psicología o disciplinas similares, a sugerir más enunciados siguiendo el esquema expuesto. Entre tod@s podemos contribuir a ilustrar situaciones en las cuales un cambio en los patrones cognitivos o en las habilidades sociales proasertividad de l@s niñ@s puedan resultar beneficiosos en términos de un estilo de vida saludable.
Web de la Estrategia NAOS. Recuperado el 19 de mayo de 2012, de http://www.naos.aesan.msc.es