Actualmente nos bombardean con información sobre alimentos enriquecidos o complementos alimenticios ricos en Omega-3, ya sea en televisión, grandes superficies, farmacias o redes sociales. ¿Pero qué son en realidad? ¿Qué beneficios tienen para la salud?
Los conocidos “Omega-3” son ácidos grasos poliinsaturados, entre los que encontramos al ácido linolénico, se trata de un ácido graso esencial, es decir, que nuestro organismo no es capaz de sintetizarlo y debe ser aportado por la dieta, está presente por ejemplo en el aceite de soja, lino y frutos secos. Y los ácidos EPA ( ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), que pueden ser sintetizados a partir del anterior y están presentes principalmente en pescados grasos o azules (salmón, atún, sardinas, boquerones, caballa…). Como ya se ha dicho, son todos ácidos grasos Omega-3, sin embargo, tanto el EPA como el DHA, se diferencian del ácido linolénico en la función que ejercen sobre nuestro organismo, ya que solo ellos tienen la capacidad de prevenir o minimizar los efectos de las enfermedades cardiovasculares, de ahí que posean una gran importancia tanto a nivel nutricional como de salud, por estos efectos cardioprotectores, entre los que se encuentra la mejora del perfil lipídico. Esta aclaración es importante, ya que a la hora de adquirir un alimento enriquecido o un complemento alimenticio debemos comprobar que contienen EPA y DHA y no solo acido linolénico.
Efectos positivos del consumo de EPA y DHA
- Prevención del riesgo cardiovascular: contribuyen a la disminución presión arterial y a la mejora del perfil lipídico en sangre, concretamente, disminuye el colesterol-LDL, “colesterol malo”, y aumenta el colesterol-HDL, “colesterol “bueno”, y además reduce la concentración de triglicéridos en sangre.
- Hay estudios en los que se ha observado que ayudan a prevenir algunos tipos de cáncer, entre ellos, el cáncer de mama, colon y próstata. Y en personas enfermas mejora la respuesta del sistema inmune frente al cáncer.
- Otros de los beneficios observados son en patologías que cursan con inflamación, en estos casos contribuyen a reducir los síntomas de diferentes enfermedades inflamatorias como asma, Enfermedad Inflamatoria Intestinal, Enfermedad de Crohn y Artritis reumatoide, entre otras.
- Por otro lado, juegan un papel importante en el caso de enfermedades que afectan a la piel como la psoriasis o eczemas, aliviando los síntomas de las lesiones cutáneas que se producen.
Papel de los ácidos grasos Omega-3 durante el embarazo y la lactancia
Desempeñan funciones muy importantes durante la gestación, lactación e infancia; su consumo es fundamental para el correcto desarrollo del sistema nervioso y el crecimiento del bebé, y por otra parte, contribuye a disminuir el riesgo de hipertensión arterial asociada al embarazo. Por lo tanto, las necesidades en estas etapas están aumentadas, concretamente se recomienda una ingesta de 100mg/día de Omega-3 durante el embarazo puesto que el feto capta entre 50 y 60 mg/día durante el tercer trimestre, además en el último trimestre se produce una acumulación de ácidos grasos poliinsaturados en los tejidos fetales, especialmente en el sistema nervioso central, que continúa en el periodo postnatal, por lo que también hay que garantizar el aporte durante la lactancia. Así pues, los omega-3 deben representar en este período hasta un 2% de la energía total de la dieta, el doble que en una mujer en estado normal. Podemos resumir los efectos positivos de los ácidos grasos Omega-3, durante esta etapa en los siguientes:
- Disminución del riesgo de desarrollar hipertensión arterial asociada al embarazo.
- Esencial para el desarrollo del Sistema Nervioso del bebé.
- Contribuyen a la maduración sensorial y al neurodesarrollo.
- Mejora el crecimiento.
- Contribuye a una mejor agudeza visual
Principales alimentos enriquecidos en Omega-3
- Lácteos y derivados: leches, yogures líquidos y bebidas de soja, en los cuales se sustituye la grasa de la leche por ácidos grasos mono y poliinsaturados ( ácido oleico y omega-3, respectivamente). También podemos encontrar las leches de continuación enriquecidas en DHA y EPA.
- Huevos: realmente no son huevos enriquecidos, sino que curiosamente lo que se modifica es la alimentación de las gallinas, donde se introduce algas con alto contenido en DHA.
- Aceites y grasas: mezcla de aceites o grasa para untar enriquecidas.
- Otros alimentos como zumos, galletas, aceitunas rellenas, entre otros.
A parte, en farmacias podemos encontrar muchos complementos alimenticios que contienen estos ácidos grasos en su composición, y contamos con la figura del farmacéutico que nos puede aconsejar y ayudarnos a elegir la mejor opción.
Bibliografía
- Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y monoinsaturados tipo oleico y su papel en la salud. Libro blanco de los omega-3. Instituto omega-3, 2008.
- Gil, A. Tratado de Nutrición. Funciones biológicas y metabolismo de los ácidos grasos esenciales y de sus derivados activos. Vol. 1. 2ed. 2010
- Carrero J.J., Martín-Bautista E., Baró L., Fonollá J., Jiménez J., Boza J.J. Efectos cardiovasculares de los ácidos grasos Omega-3 y alternativas para incrementar su ingesta. Nutr. Hosp. 2005