Estamos invadidos por noticias en periódicos, programas de televisión y webs que hablan sobre nutrición. En las últimas semanas hemos tenido varios (malos) programas de televisión (aquí podéis ver un resumen) hablando sobre nutrición con una aparente veracidad científica.
Tal flujo constante de información puede hacer que sea difícil para los lectores distinguir la investigación fiable de los estudios débiles y titulares sensacionalistas. La investigación nutricional es compleja, y a menudo se simplifica en los medios. Los periodistas pueden estar informando sobre un único estudio preliminar que no está verificado por investigaciones adicionales, o resaltar un estudio porque contradice las recomendaciones actuales de la salud, siendo el objetivo un titular que llame la atención.
¿Qué preguntas tenemos que hacernos al escuchar una noticia sobre nutrición?
¿Cómo ha sido el proceso de investigación?
La investigación es un proceso continuo, con un flujo constante de nuevos estudios publicados cada mes. Debido a que las recomendaciones dietéticas se hacen sobre la base de la mejor información científica disponible en ese momento, las directrices pueden cambiar a medida que las nuevas investigaciones estén disponibles. Pueden producirse contradicciones entre trabajos de investigación publicados: esto es una parte inevitable y saludable del proceso científico.
No todos los estudios científicos han sido creados iguales. Algunos tipos de estudios son más fiables que otros.
Los estudios más recientes no son necesariamente más fiables que los estudios más antiguos.
Lo que falta en los medios de comunicación debido al trepidante ritmo que llevan (cada día hay que sacar un nuevo periódico/revista/programa) es «el contexto». Las noticias sobre los alimentos o la dieta rara vez aportan información sobre cómo los resultados de un nuevo estudio encajan con la evidencia existente sobre el tema, que puede dar lugar a exagerar la importancia de estos nuevos resultados.
El proceso de investigación puede parecer confuso para el público, ya que con cierta frecuencia aparecen resultados aparentemente contradictorios. Sin embargo, si se considera en el contexto adecuado – algo que a menudo se pasa por alto en la cobertura de los medios de comunicación – los lectores pueden mirar detrás del título y decidir si un estudio de investigación es fiable o no.
Aquí hay siete preguntas que sirven como un «radar de fiabilidad» para ayudar a determinar qué historias de noticias de salud y nutrición son dignas de su tiempo.
7 preguntas para ayudar a poner noticias de salud en el contexto
- Una de las cosas más importantes a tener en cuenta es cómo un estudio dado encaja en todo el cuerpo de evidencia sobre un tema. ¿Cuál es el peso de la evidencia?
- ¿Está la noticia informando sobre los resultados de un único estudio? Un único estudio rara vez es lo suficientemente influyente como para justificar que la gente cambia su comportamiento basado en los resultados. Es importante tener en cuenta la forma en la que el estudio encaja con otros estudios sobre el tema. Algunos artículos ofrecen este telón de fondo, pero frecuentemente tendrá que hacer esa búsqueda por su cuenta.
- ¿Qué tan grande es el estudio? Tomar nota del tamaño de la muestra del estudio, ya que los grandes estudios suelen proporcionar resultados más fiables que los estudios más pequeños.
- ¿Fue el estudio realizado en animales o en seres humanos? Muchos estudios importantes se han realizado en animales, pero para comprender mejor cómo los alimentos y nutrientes afectan a la salud humana deben ser estudiados en seres humanos.
- ¿El estudio se fijó en resultados patológicos reales, tales como enfermedades del corazón o la osteoporosis? Las enfermedades crónicas, como las enfermedades del corazón y la osteoporosis, a menudo toman muchas décadas para desarrollarse. Para evitar tener que esperar tanto tiempo, los investigadores a veces se fijan en los marcadores para estas enfermedades, como el estrechamiento de las arterias o la densidad ósea. Sin embargo, estos marcadores no siempre harán que se desarrolle la enfermedad.
- ¿Cómo se evaluó la dieta de los participantes en el estudio? ¿Fue mediante auto-encuesta? ¿Se controló realmente lo que comían? ¿Hubo un seguimiento concienzudo (y caro) de los participantes? Algunos métodos de evaluación de la dieta son mejores que otros. Los buenos estudios serán capaces de mostrar una metodología sólida.
- ¿Qué tipo de estudio es? Los estudios se dividen en diferentes categorías, incluyendo estudios de cohortes, estudios clínicos controlados aleatorizados, metaanálisis, revisiones sistemáticas, estudios de casos y controles, y estudios en animales.
El Dr. Frank Hu del Departamento de Nutrición de Harvard, explica este último punto de la siguiente forma:
«El santo grial» de los estudios son los ensayos clínicos aleatorios de las intervenciones dietéticas en el desarrollo y mortalidad de graves enfermedades como como el cáncer y las enfermedades del corazón. Sin embargo, estos ensayos son a menudo inviables debido al alto costo, la cantidad de años necesarios para su desarrollo y posibles problemas éticos (¿vamos a dar una dieta a un grupo de personas sabiendo a priori que les afectará a su salud?).
En ausencia de datos provenientes de esos ensayos, el diseño del estudio más fuerte serían los estudios de cohorte prospectivos bien diseñados, en los cuales se siga a un gran número de participantes sanos durante años o décadas de evolución de la enfermedad. Los estudios de cohorte son por lo general superiores a los de casos y controles retrospectivos o estudios transversales, que son propensos a los sesgos debido a la retirada de los factores de la dieta y la selección de los participantes del grupo control.
Los estudios en animales pueden ayudar a comprender los mecanismos de la enfermedad, pero los resultados no pueden aplicarse a los seres humanos. Los ensayos de intervención dietética humanos más pequeños centrados en biomarcadores intermedios tales como la glucosa o colesterol en la sangre también pueden ayudar a esclarecer los mecanismos biológicos, y la evidencia de tales ensayos es complementaria a la de los grandes estudios de cohortes. Al final, la evidencia combinada de varios tipos de estudios de cohortes, estudios prospectivos y ensayos de intervención humana en particular, se pueden utilizar para informar de los posicionamientos científicos y diseñar políticas públicas de salud.
Resumiendo, la evidencia científica construída a partir de metanálisis o revisiones sistemáticas puede ser útil, pero los metanálisis deben ser llevados a cabo con precaución e interpretados a la luz de la totalidad de las pruebas.»
NOTA: este artículo es una «traducción libre» de la publicación Diet in the News – What to Believe? de la Harvard School of Public Health.
Es sabido que las grandes empresas farmacéuticas y alimenticias, manipulan los ensayos clínicos a su favor para vender sus productos.
A veces de manera tan descarada que ocasionalmente pueden rebatirse. En otras ocasiones es muy difícil ponerse en su contra, por falta de medios para acceder a pruebas de la misma categoría.
Han cometido tantas irregularidades que no son creíbles. Los ensayos clínicos que están financiadas por ellas, parecen más «anuncios de publicidad» de sus productos que artículos de investigación.
La «evidencia científica» en algunos temas, como por ejemplo la conveniencia o no de la leche de vaca, o de los alimentos cárnicos, viene acompañada de una mayor inversión económica de las fuerzas interesadas en que así sea. Mas ensayos clínicos, mas conferencias y más marketing.
Los grupos independientes no pueden acceder a realizar ensayos sin apoyo económico. A menudo hacen pequeños estudios y con escaso apoyo. A veces con el Viento y el arbitraje en contra.
Por tanto se pueden manipular las “evidencias científicas”, si no hay un arbitraje neutral, que permita que ambos equipos, que pugnan por tener la posesión de la verdad, tengan la misma dotación económica y los mismos jugadores.
Si el partido es desigual, también lo serán los resultados. Y la verdad será subjetiva e imprecisa.
De momento, y hasta que la investigación no sea financiada limpiamente, tendremos que mirar con lupa los estudios científicos para darles credibilidad.
Hola Fernando,
tienes mucha razón en que «la ciencia publicada» también tiene muchos sesgos. Por eso es importante «saber leer entre líneas» para detectar los estudios serios de los que son más bien un folleto publicitario.
¡Muchas gracias por tu comentario!