Por fin llegó el verano, y para proteger nuestra piel debemos seleccionar alimentos de temporada, además de decantarnos por aquellos que nos aportan hidratación y nos refrescan.
Hablar de platos de temporada es hablar en andaluz de gazpacho, y de forma global de sandía, una de las frutas estrellas del verano.
¿Y si sumamos estas dos opciones veraniegas?
Pues que no sale una receta refrescante, hidratante y nutritiva que nos aporta una gran dosis de licopeno, un antioxidante que protege a nuestra piel desde el interior contra las agresiones externas y frente a los radicales libres.
Valor nutritivo del tomate vs sandía.
Tomate.
Es un alimento bajo en calorías, la suma de dos tomates medianos solo aportan 22 calorías. Aproximadamente el 95% de su peso es agua, con un 4% en hidratos de carbono. No es una hortaliza, se trata de una fruta pues su contenido en azúcares es mayor que en otras verduras y esto le otorga ese sabor dulzón que hasta a los niños les encanta.
Es una excelente fuente de sales minerales (magnesio y potasio). Destacan sus vitaminas del grupo B (B1, B2 y B5), vitamina C y carotenos (licopeno, pigmento que le confiere el color rojo al tomate) con función protectora de nuestras células.
Sandía.
Es una de las frutas más típicas del verano por su contenido en agua y porque nos proporciona frescor. Destaca por su contenido en agua pero también en el antioxidante licopeno. Contiene citrulina, un aminoácido beneficioso para la síntesis de óxido nítrico, un compuesto que ayuda a la regulación del tono vascular y la hemodinámica (dinámica de la sangre y la función del corazón). Su consumo puede mejorar el control de la glucemia, de la dislipemia y de la tensión arterial. Es un magnífico diurético al aumentar la producción de orina.
Receta de Gazpacho de sandía
- Lavar bien, limpiar y trocear todos los ingredientes. Puedes pelar los tomates si te gusta un caldo de gazpacho fino, si no te importa encontrarte las fibras tritúralos con piel y así aprovecharás todos los nutrientes presentes en la piel.
- Ponerlos en el vaso de una batidora con un poco de agua para hidratar el pan y no ofrezca resistencia y tritura hasta conseguir un caldo de consistencia más o menos espesa. Si te gusta más finos y sin restos de pieles puedes pasar el caldo de gazpacho por un chino o colador. Hacerlo con o sin pan es opcional, el pan aporta consistencia y nos dará como resultado un caldo de gazpacho de color más anaranjado.
- Diluye con agua fría para darle la consistencia que más te guste y rectifica de sal y vinagre.
- Servicio y guarnición: pepino, cebolla y albahaca picadas. Picatostes de pan (opcional). Servir muy frío.