En el estudio realizado, la dieta propuesta es fácil de cumplimentar por las familias, de carácter tradicional y sin restricción calórica. Los resultados han sido muy satisfactorios.
Este post es la segunda parte de uno anterior que puedes ver en esta conexión: «Sobrepeso en niños: Vuelve a la alimentación tradicional y no te arrepentirás», en el que explicábamos que es la Dieta Mediterránea Tradicional y como su progresivo abandono, va ocasionando no solo el sobrepeso y la obesidad, sino también las «enfermedades de la civilización occidental».
«Efectos de la Dieta Mediterránea Tradicional en niños con sobrepeso y obesidad tras un año de intervención»
Este es el título del estudio de investigación que hemos realizado en nuestra Clínica infanto-juvenil de Ciudad-Real y que nos han publicado en la revista Pediatría de Atención Primaria, y lo puedes ver aquí.
- El estudio ha sido realizado conjuntamente por un pediatra y una nutricionista.
- Propusimos incluir en el estudio a todos los niños que acudían a nuestra consulta y que tenían sobrepeso u obesidad, comprendidos entre los 2 y los 14 años.
- Se realizaron informes nutricionales para analizar la calidad de la dieta que se estaba realizando hasta ese momento y se propuso como dieta patrón a la Dieta Mediterránea Tradicional.
- A todos los niños que participaron en el estudio se les incorporó al programa de educación nutricional «Aprendiendo a comer del Mediterráneo»
Programa nutricional «Aprendiendo a comer del Mediterráneo».
- Cambiar de hábitos culinarios no es nada fácil, por lo que desarrollamos este programa para monitorizar a las familias y modificar los errores dietéticos.
- Se explicaron los fundamentos de la Dieta Mediterránea Tradicional, basadas en la pirámide y el decálogo de la Fundación de la Dieta Mediterránea.
- No se hizo contaje de calorías, sino que se limitaron alimentos que no pertenecían a la Dieta Mediterránea Tradicional. En general se limitaron los alimentos de origen animal e industrial.
- La comida diaria se podía tomar o dejar, pero no se ofrecieron alternativas a la comida programada.
- El consejo dietético se realizó de forma individualizada a cada paciente y a su familia, con la propuesta de que fuera seguido por todos.
- Con el fin de no ocasionar confusiones sobre la importancia de la alimentación, no se hizo ninguna intervención sobre la actividad física y deportiva, ni sobre aspectos cognitivos-conductuales salvo recomendaciones generales.
- En los controles periódicos se abordaron temas generales (los desayunos saludables, almuerzos y meriendas, frutas y verduras, cereales integrales) y temas específicos relacionados con las mayores dificultades ambientales (fiestas y cumpleaños, golosinas y snacks, vacaciones, comer fuera de casa, comedor escolar…etc.).
Resultados del estudio a los cuatro meses y al año de intervención.
Participaron en el estudio un total de 98 niños, de los cuales 55 eran varones y 43 mujeres. La edad media fue de 8 años y medio.
El 53% de los niños tenia obesidad y el 47% sobrepeso, tal como se aprecia en la Figura 1.
A los cuatro meses hubo un descenso significativo de los niños que tenían sobrepeso y obesidad.
Tras un año de intervención nutricional, el 61,2% de los pacientes se encontraba en normopeso.
El 73,1% dejaron de ser obesos
El 82,6% dejaron de tener sobrepeso. (Figura1).
Prácticamente todos los niños bajaron de percentil en el Índice de Masa Corporal (IMC), que es el índice que utilizamos para definir el grado de sobrepeso. Algunos niños bajaron de peso más que otros, dependiendo de la afinidad que tuvieron a la dieta propuesta.
En la figura 2, se aprecia la bajada del IMC, que fue más acentuada en los 4 primeros meses.
También resultan significativas las bajadas de la grasa corporal.
La masa magra de los niños también subió llamativamente. Esto es muy importante, ya que la pérdida de peso, se realizó básicamente en el compartimento graso, mientras que el compartimento magro y muscular se fortaleció.
Test de KidMed
Para medir la calidad de la dieta, utilizamos el test de KidMed, que valora el grado de adherencia de las familias a la Dieta Mediterránea.
El valor medio del índice KidMed al iniciar el programa era de 6,5 puntos (se interpreta como valor medio) y aumentó a 10,5 puntos (valor bueno-óptimo).
Puedes realizar el test de KidMed si te apetece saber cual es la situación de tu familia, en cuanto a la calidad de la Dieta Mediterránea.
Se valoran con un punto positivo 12 ítems, y con un punto negativo 4 ítems que son: 6, 12, 14 y 16.
Se suman y restan la puntuación de todos los ítem y se obtiene el resultado final. Por debajo o igual a 3 es una dieta de baja calidad. De 4 a 7 se considera un valor medio susceptible de mejorar, y por encima o igual de 8 se considera un valor óptimo. Puedes verlo en este enlace.
Como podéis apreciar en la tabla, los padres tenían muchas dificultades para consumir regularmente frutas y verduras.
Los valores de adecuación al test de KidMed de los niños estudiados antes, al cuarto mes y al año del estudio se exponen en la figura 3.
Como veis, las cifras iniciales no eran malas. Sólo un 3 % lo hacían fatal y el 65 % estaban en cifras medias susceptibles de mejorar.
Nos llamaba la atención que el 32 % de los niños estudiados, hacían una dieta con alta puntuación del test de KidMed, a pesar de lo cual estaban en situación de sobrepeso y obesidad.
Inadecuación del Test de KidMed
En nuestra opinión el test de KidMed, que es el más utilizado sobre la adecuación a la Dieta Mediterránea no recoge algunos aspectos muy importantes de la Dieta Mediterránea Tradicional y por tanto no nos parece adecuado para medir su calidad.
A nuestro juicio no valora adecuadamente la cantidad total de alimentos frescos y de temporada, frente a los alimentos procesados. No hace distinción entre alimentos refinados e integrales, lo cual favorece alimentos con alto índice glucémico, que aumentan los niveles de glucosa en la sangre. Tampoco tiene en cuenta la cantidad de alimentos de origen animal y de origen industrial, con lo cual, la cantidad de proteínas y grasas de origen animal se disparaban.
Conclusión del estudio y …¡SORPRESA MAYÚSCULA!
Como conclusión del estudio podemos decir que la vuelta de las familias a la dieta Mediterránea Tradicional, tras un periodo de aprendizaje y de eliminación de productos intrusos – generalmente industriales y de origen animal – trajo como consecuencia una disminución acentuada del número de niños que tenían sobrepeso y obesidad.
Además se les proporcionó unos conocimientos nutricionales muy adecuados para gestionar en el futuro el control del peso y la promoción de su salud. Hemos propuesto un patrón de alimentación para siempre, no para un periodo limitado de tiempo.
Pero…nos ocurrió algo sorprendente, algo que no esperábamos y que no estábamos buscando.
No solo obtuvimos unos buenos resultados en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Hubo una mejoría sistemática de otras enfermedades recurrentes de la infancia. Los niños con sobrepeso de nuestro estudio, dejaron de enfermar.
Los que tenían catarros con complicaciones bacterianas frecuentes dejaron de tenerlos. Los que tenían toses irritativas con broncoespasmos frecuentes y asma infantil dejaron de sufrir crisis asmáticas. Los que tenían molestias digestivas también mejoraron de sus dolencias y así sucesivamente con otras patologías.
¡Algo había cambiado en su sistema defensivo e inflamatorio!
¡Nuestra sorpresa fue mayúscula!:
La Dieta Mediterránea Tradicional, no solo controla el sobrepeso, sino que previene, mejora y cura a la mayoría de las enfermedades habituales y comunes de la infancia.
Esto nos ha dado pie, a iniciar nuevos estudios sobre los efectos de la Dieta Mediterránea Tradicional en la mayoría de las enfermedades de la infancia, que tienen que ver con la «civilización occidental». Y estamos obteniendo unos resultados sorprendentemente favorables.
Nos acaban de publicar un trabajo sobre el Asma infantil, que comentamos en otro post anterior: Nutrición y asma infantil. El artículo ha tenido una importante repercusión y nos han dedicado una editorial en la revista de Allergología et immunopathología.
Hemos desarrollado una Tesis Doctoral y estamos presentando nuevas comunicaciones en los congresos de pediatría y pronto publicaremos nuevos artículos de investigación con nuestros resultados en los catarros de repetición con complicaciones bacterianas, las otitis y sinusitis, la inapetencia, la hipertrofia de amígdalas y vegetaciones, el dolor abdominal, etc.
Alimentos tradicionales propuestos para combatir el sobrepeso y la obesidad
Vamos a repasar brevemente los principales alimentos de la Dieta Mediterránea Tradicional que nos ayudaran a enfrentarnos al sobrepeso y que como ya os habréis dado cuenta, también combatirán al resto de las «enfermedades de la civilización occidental».
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Frutas frescas en su punto de maduración
Es quizá el alimento al que mejor estamos adaptados. El que mejor y más rápidamente digerimos, y el que mejor asimilamos. Podríamos comer todas las que quisiéramos y al ser tan apropiadas para el cuerpo humano, nos podría servir como alimento exclusivo durante periodos de ayuno forzado por enfermedades, o para hacer limpieza y eliminar impurezas acumuladas.
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Verduras, hortalizas y setas recién cosechadas
Listas para su consumo. Casi en el mismo nivel que las frutas, con un altísimo valor nutricional. A menudo se deben consumir crudas, en ensaladas, en gazpachos, en licuados, conservando todos sus nutrientes inalterados. Algunas deberán ser cocinadas al vapor o con temperatura controlada, para preservar la calidad de los nutrientes. También se podrían incluir en periodos de limpieza o ayuno.
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Legumbres, tubérculos y raíces
Son alimentos vegetales de alto valor nutricional. Ricos en hidratos de carbono, fibra y proteínas. Deben ser procesados con técnicas culinarias como el hervido para su correcta asimilación. Las patatas por su alto índice glucémico, deben tomarse cocidas y en cantidades moderadas, preferentemente como acompañamiento.
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Cereales y derivados
El pan ha sido uno de los pilares de nuestra civilización. Debe tomarse integral, con todos sus componentes, evitando mezclas con refinados. Es primordial para los atletas y para la gente que trabaja duro, con intensa actividad física. Las personas con tendencia al sobrepeso y que hacen poco ejercicio físico deberían tomarlos con precaución. Los derivados de los cereales también deberían ser integrales, y no ser añadidos en azúcar.
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Semillas, frutos secos y aceite de oliva
Alimentos con muchos nutrientes de calidad, altos en fibra, grasas y proteínas de origen vegetal. Su contribución a la buena alimentación debería ser diaria.
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Alimentos de origen animal
En el mediterráneo siempre se han consumido como «condimento», es decir en pequeñas porciones que se añadían al guiso o al cocido. Actualmente se consumen en exceso, siendo muy abundantes en grasas y proteínas de origen animal. Sobre todo por parte de los niños, que no están adaptados a tantas proteínas y grasas. ¡No somos animales carnívoros!
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Alimentos de origen industrial
Limitar al máximo. De la misma manera que para aprobar un nuevo medicamento o fármaco se precisan multitud de pruebas de adecuación; Para consumir un nuevo alimento industrial se deberían realizar múltiples pruebas que lo validen como apropiado. Hasta que las autoridades académicas y las agencias estatales no hagan esta regulación, simplemente tendremos que prescindir de los alimentos industriales. La mayoría se rigen por principios comerciales y económicos y en general, tienen exceso de azúcar, de sal, de harinas refinadas, de grasas baratas, de aditivos, etc. Son nefastos para preservar nuestra salud.
En definitiva, si quieres controlar tu peso y preservar tu salud, ten en cuenta estos principios:
- Come al estilo tradicional, sus alimentos han sido testados por nuestra cultura ancestral y han sido validados por nuestros antepasados.
- ¡Tenemos todo lo que necesitamos! ¡Realmente hoy día, es fácil comer adecuadamente!
- Solo tenemos que educar nuestro instinto y rechazar lo inadecuado o extraño.
- Tenemos que disfrutar comiendo. Nada de contar calorías. Calidad y buena cocina.
- En el caso del sobrepeso tendremos que limitar los cereales, y que sean integrales, por ser alimentos altos en energía. Salvo que hagamos ejercicio físico intenso.
- Tenemos que comer «todos» la misma comida, en familia o en grupo a las horas precisas. No picoteos.
- Tenemos que movernos y hacer actividades físicas recreativas.
- La mayor dificultad está en ceder a las presiones e imposiciones externas y salirnos de nuestro modelo alimenticio. Los poderes económicos lo van a intentar de todas las formas posibles. ¡Pon atención, van a por ti!
- Simplemente: No hay que alimentarse con comida que no pertenece a nuestro nicho ecológico.
Una vez establecido el modelo alimenticio y establecida la afinidad, vais a ser progresivamente más creativos, vais a disfrutar más, ¡No vais a enfermar con tanta frecuencia!
¡Que os aproveche!