Hoy, día 16 de Octubre, es el Día Mundial de la Alimentación, el cual lleva celebrándose desde 1945 gracias a la iniciativa de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Su objetivo principal es el de aumentar la conciencia general sobre los principales problemas relacionados con la alimentación en el mundo. Este año el tema es “Los sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición”. Nadie duda de que en el último siglo hemos evolucionado con modelos de desarrollo insostenibles que han afectado, entre otros factores, al entorno, a los recursos naturales y al clima, amenazando el abastecimiento de alimentos en el futuro. En la actualidad, más de 870 millones de personas en el mundo sufren desnutrición crónica, afectando al desarrollo de sociedades y países enteros. Para hacer frente a éste y otros problemas que nos plantea el modelo de desarrollo actual, es necesario que se establezcan medidas integradas y complementarias en toda la cadena alimentaria, además de políticas sanitarias y educacionales que consigan un reparto y acceso justo, suficiente y seguro a los alimentos. Todos tenemos un papel en el desarrollo de un sistema alimentario sostenible, desde el agricultor o ganadero hasta nosotros como consumidores, pasando por todos y cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria. En nuestra mano está lograr este cambio.
Sostenibilidad, ¿qué es?
Muchas personas confunden sostenible con ecológico. Y no es lo mismo. Por ejemplo, una salsa de tomate envasada puede provenir de agricultura ecológica pero ser poco sostenible si es producida en Italia, vendida en Inglaterra y el fabricante no paga un precio justo al agricultor ni gestiona bien sus recursos hídricos durante la fabricación, por ejemplo. Así pues, la sostenibilidad es mucho más compleja. De hecho, las sostenibilidad o desarrollo sostenible integra tres dimensiones: la social, la medioambiental y la económica. Sólo en la intersección de las tres dimensiones encontraremos el desarrollo sostenible.
Imagen Sostenibilidad, Fuente: http://www.idae.es/index.php/relcategoria.1037/id.679/relmenu.322/mod.pags/mem.detalle
No podemos observar cada dimensión de forma independiente y, si lo pensamos bien, tiene sentido que las tres estén interconectadas. Por un lado, los intereses económicos definen el marco de la toma de decisiones, el flujo del capital financiero y la facilitación del comercio. Necesitamos sistemas económicos sostenibles que generen los medios para mantenerse en funcionamiento a la vez que mantienen la sostenibilidad ambiental y social. Por el otro, los aspectos medioambientales reconocen la diversidad y la interdependencia de los sistemas vivos, los bienes y servicios producidos por los ecosistemas del mundo, y el impacto de los desperdicios y deshechos de los humanos. Pero además, debemos tener en cuenta la dimensión socio-política, la cual hace referencia a las interacciones entre instituciones y personas, a las funciones de los valores humanos, aspiraciones y bienestar, aspectos éticos, y la toma de decisiones que dependen de acciones colectivas. El centrarnos únicamente en una de estas dimensiones, nos lleva a desequilibrios que no facilitan el avance de las sociedades humanas.
Así pues, aunque el desarrollo sostenible es posible gracias a los avances tecnológicos y a la viabilidad económica, es ante todo un movimiento social que busca la mejora de la calidad de vida de las personas en el mundo. Esta búsqueda podría decirse que se realiza a través de tres pilares:
- Físico, a través del suministro justo de bienes y servicios humanos y ecológicos.
- Aspiracional, haciendo disponibles los medios para el avance social a través de la educación, sistemas de justicia y salud.
- Estratégico, salvaguardando los intereses de las generaciones venideras.
Sistemas alimentarios sostenibles, ¿qué podemos hacer nosotros como consumidores?
Una vez entendemos lo que es la sostenibilidad, podemos aplicar el concepto a diferentes ámbitos de nuestra vida diaria, entre los que se encuentran, obviamente, la alimentación. Cuando hablamos de sistemas alimentarios no nos referimos únicamente a los propios alimentos, sino a todo lo que hace posible que los podamos consumir. Desde las normas legislativas, hasta las costumbres, la forma de organizarse, los procesos que deben seguir, las tradiciones o el conocimiento científico. La alimentación sostenible es un concepto global que requiere la integración de patrones de consumo y producción de alimentos sostenibles. Por eso, deben considerarse todos los aspectos que forman parte de las diferentes fases de producción de los alimentos, incluyendo temas tan complejos como estilos de vida sostenibles, dietas sostenibles, gestión de desperdicios y pérdidas de alimentos, reciclaje, normas voluntarias de sostenibilidad y métodos que garanticen la producción agrícola con los mínimos efectos adversos sobre el medio ambiente, garantizando siempre la seguridad del consumidor y el mantenimiento de los sistemas ecológicos.
Todavía no hay una definición consensuada de “Dieta o Alimentación Sostenible” pero ya que estamos en el Día Mundial de la Alimentación, y desde la FAO nos proponen este día para que debatamos, reflexionemos y discutamos sobre el tema, me aventuro a exponer aquí lo que para mí es seguir una alimentación sostenible:
- Es equilibrada en energía y nutrientes, de forma que asegura un estado de salud óptimo a quien la sigue.
- Tiene bajo impacto medioambiental, respeta el medioambiente y los ecosistemas.
- Garantiza la disponibilidad de alimentos de las generaciones presentes y futuras.
- Integra los aspectos culturales y culinarios propios de cada sociedad.
- Es justa desde el punto de vista económico y social.
- Optimiza los recursos naturales y humanos.
Lo que está claro es que no podemos seguir avanzando tal y como lo hemos estado haciendo hasta ahora. Podríamos comparar la sostenibilidad con otros movimientos sociales del pasado, como la lucha por los derechos humanos, contra el racismo o por la igualdad de género. La sostenibilidad ha llegado para quedarse y, por el momento, es la única garantía que tenemos de asegurar a las generaciones futuras un acceso justo y en condiciones a los recursos del planeta. Debemos ser conscientes de que todo lo que hagamos ahora tendrá un impacto en todas las dimensiones de nuestro entorno futuro. Así que de nosotros depende disfrutar de una sociedad más justa, sana, rica y equilibrada.
Y volviendo al tema de la alimentación, para vosotros… ¿qué es una dieta sostenible?
Para saber más
- Día Mundial de la Alimentación: http://www.fao.org/getinvolved/worldfoodday/es/
- Consumo y producción de alimentos sostenibles: http://www.fao.org/ag/ags/sustainable-food-consumption-and-production/es/
- Índice de sostenibilidad Dow Jones (en inglés): http://www.sustainability-indices.com/index.jsp
- Libro descargable “Dietas Sostenibles y Biodiversidad” (en inglés): http://www.fao.org/docrep/016/i3004e/i3004e00.htm
Me ha gustado mucho el artículo Raquel, porque invita a la reflexión y a las aportaciones.
Es muy difícil consensuar lo que es una dieta sostenible, porque es realmente complejo, en mi opinión muchas veces sólo se mira el punto de vista ecológico obviando lo social, otras veces sólo se miran unos pocos recursos sesgando el resto, otras se siguen principios más filosóficos que medioambientales…
Estoy escribiendo una entrada sobre ello, pero lleva tiempo plasmar algo tan «verde» (con tantas acepciones).
Simplemente gracias por abrir la veda y a escuchar opiniones.
Muchas gracias Aitor. La verdad es que el tema da para mucho… Y estoy contigo en que definir una alimentación sostenible nos va a traer mucho trabajo y debate… pero de eso se trata, no? 😉 Besets!
Thanks for sharing the blog