La proliferación de alimentos ecológicos y la aparición del sello ecológico junto con el márketing asociado a ello, hace que los consumidores perciban estos alimentos como superiores, tanto en nutrientes como en el respeto al medio ambiente. ¿Pero podemos asegurar ambas afirmaciones cuando vemos un producto ecológico? Te lo contamos en este vídeo y en el artículo.
¿Qué es un alimentos ecológico?
Un producto que tenga el sello ecológico es aquel que ha seguido unas normas de producción y gestión agrícola determinadas, que tienen en cuenta el cuidado del medio ambiente, la
preservación de los recursos naturales y el bienestar animal. Además, la norma específica que no ha utilizado ningún producto químico y que sólo se han utilizado para su cultivo sustancias de origen natural.
Así, en teoría, al consumir productos ecológicos estamos por una parte alimentándonos con unos criterios de seguridad y de calidad alimentaria altos y, por otra parte, tenemos un impacto positivo en la naturaleza.
Esto, que en teoría es perfecto, si nos leemos de forma completa la norma, veremos que existen ciertas excepciones en las que sí que se autorizan ciertos productos químicos que son de origen natural: estamos hablando por ejemplo del cobre, el caolín (silicato de aluminio), el spinosad o la potasa, que los podemos encontrar en la naturaleza pero a ciertas cantidades también son tóxicos.
Por otra parte, que un producto químico no exista de forma natural en la naturaleza (tampoco existen los bizcochos o el yogurt), no quiere decir que sea perjudicial para nuestra salud. Un producto tanto natural como elaborado está formado de átomos y lo que habilita su uso para el consumo humano es su validación por los organismos correspondientes.
¿Es un producto ecológico de comercio justo o sostenible?
A menudo relacionamos los productos ecológicos con que siempre serán productos de proximidad y no es una característica necesaria de los productos ecológicos. De hecho podríamos comprar un plátano de brasil ecológico o quinoa de Perú pero no de proximidad.
Por esta misma razón, tampoco tiene que ser un producto de temporada y estar en el punto óptimo de maduración. Al estar permitido la la maduración en cámara, podríamos comprar un producto ecológico que sea de otra parte del mundo.
Por lo tanto, los productos ecológicos pueden ser o no productos de proximidad y de temporada, igual que los productos convencionales.
¿Son los productos ecológicos nutricionalmente mejores?
Otro argumento que se utiliza en la comunicación de estos productos es que tienen muchas más vitaminas y minerales. La argumentación que realizan es la siguiente: «hoy en día, la agricultura hace un uso muy intensivo de la tierra y esta ya no tiene nutrientes por lo que los vegetales que consumimos, no tienen apenas vitaminas».
Pero, ¿qué dicen los estudios científicos sobre este tema? Aquí encontraréis mucha
controversia porque hay estudios en ambos sentidos. Pero si analizamos los metaanálisis, los estudios que tienen más evidencia científica, la conclusión es que son prácticamente iguales. Es decir, que la cantidad de nutrientes que hay en un tipo de producto o en otro es
prácticamente igual.
Parece que en algún producto ecológico podría haber un poquito más de antioxidantes. Pero la existencia de una mayor cantidad de un nutriente, dentro de una alimentación equilibrada y variada (con preferencia por vegetales y frutas), no aporta nada especial ni en nuestra dieta ni en nuestra salud.
Menos plaguicidas en productos ecológicos
Sí que se ha observado que los productos ecológicos tienen menos restos de plaguicidas, cosa normal porque no los utilizan. Sin embargo, la utilización actual de los plaguicidas en la agricultura convencional, no presenta ningún riesgo para nuestra salud, ni a corto ni a largo plazo.
Entonces, ¿cuál es nuestra recomendación?
No os volváis locos con los productos ecológicos
Lo que es importante es elegir buena materia prima, que sea de proximidad, procurad que sea de temporada, fresco, que os lo cocinéis vosotros, que aquí sí que hay unas diferencias notables tanto en el sabor como en el valor nutricional de los alimentos.
Lo importante como hemos dicho antes es seguir una alimentación equilibrada, variada y
suficiente, rica en verduras, rica en frutas, en legumbres, en cereales integrales y cocinada con cocciones saludables.
Cocinar más y comprar menos productos procesados es la base de la alimentación saludable.
Y si queréis consultar recetas para preparar con alimentos de calidad, podéis visita el portal RecetasLife.
Bibliografía utilizada
- Baranski. (2014). Higher antioxidant and lower cadmium concentrations and lower incidence of pesticide residues in organically grown crops: a systematic literature review and meta-analyses. British Journal of Nutrition.
- Chavarrías, M. (2015). Exposición a plaguicidas a través de alimentos. Eroski Consumer http://www.consumer.es/ seguridad-alimentaria/ sociedad-y-consumo/2015/04/16/ 221758.php.
- Dangour, A. D. (2009). Nutritional quality of organic foods: a sustematic review. The American Journal of Clinical Nutrition.
- EFSA. (2015). The 2013 European Union report on pesticide residues in food. Scientific Report of EFSA http://www.efsa.europa.eu/en/ efsajournal/pub/4038.htm.
- Europea, C. (2014). Reglamento de ejecución (UE) nº 354/2014 de la comisión. B.O.E http://www.boe.es/doue/2014/ 106/L00007-00014.pdf.
- Hoefkens. (2010). Consuming organic versus conventional vegetables: the effect on nutrient and contaminant intakes. Food Chem Toxicol., 48(11).
- Mulet, J. M. (2014). La agricultura ecológica: ¿próxima a la implosión? Nuakas. http://jmmulet.naukas.com/ 2014/02/05/la-agricultura- ecologica-proxima-la- implosion/
- Smith-Spangler. (2012). Are organic foods safer or healthier than conventional alternative?: A systematic Review. Annals of international Medicine.
Basura de articulo manipulador.
A ver si os documentais y teneis menos sesgo.
Os remito a leer los analisis de la Dra. Raigón y otros tantos.