Desde el 1 de mayo, en Cataluña se aplicará un impuesto sobre las bebidas NO CON AZUCAR NATURAL SINO CON AZÚCARES AÑADIDOS ( azúcar, miel, fructosa, sacarosa, jarabe de maíz, jarabe de arce, néctar o jarabe de agave y jarabe de arroz) como:
- refrescos o sodas,
- bebidas de néctar de frutas y zumos de frutas,
- bebidas deportivas,
- bebidas de té y café,
- bebidas energéticas,
- leches endulzadas,
- bebidas alternativas de la leche,
- batidos y bebidas de leche con zumo de fruta,
- bebidas vegetales
- y aguas con sabores.
Ya veis que están en el mismo saco los refrescos y los zumos o bebidas vegetales. Y no es casualidad, es que todas son bebidas que pueden aportar grandes cantidades de azúcar.
Cómo afecta el impuesto al precio de las bebidas
- Las bebidas que tengan entre 5 y 8 gramos por cada 100 mililitros se tasarán con 0,08 céntimos por litro
- Las que tengan más azúcar soportarán una tasa de 0,12 céntimos por litro.
De entre 5 y 8 gramos hemos encontrado: alguna agua con sabores, algún zumo o zumo con leche y alguna bebida vegetal (avena o almendra). La gran mayoría están por encima de los 8g por 100ml: refrescos, horchatas, bebidas de te, la mayoría de zumos y néctares, zumos con leche o zumos con soja, batidos, y la mayoría de bebidas de arroz.
¿De dónde surgen estos nuevos impuestos?
La iniciativa surge de la preocupación general por el aumento de la obesidad, especialmente la infantil. La OMS nos alerta constantemente de la relación directa entre el azúcar y la obesidad en diferentes informes.
Por un lado la recomendación firme de disminuir el consumo de azúcar por debajo del 10% de la energía que consumimos en un día y que equivale aproximadamente a 50g de azúcar. Podéis ver más sobre el tema en el vídeo titulado “cuánto azúcar consumimos”.
El informe de la ONU en el que se basan estos nuevos impuestos
En esta línea la OMS ha emitido un informe titulado: “Fiscal policies for Diet and Prevention of Noncommunicable Diseases” elaborado tras la reunión de expertos mundiales a mediados del 2015 en el que da recomendaciones concretas para conseguir que los gobiernos apliquen medidas para reducir el consumo de azúcar en la población.
En el informe opina que aplicar políticas fiscales que conduzcan a un aumento de al menos el 20% del precio de venta al público de las bebidas azucaradas podrían redundar en una reducción proporcional del consumo de estos productos.
¿Sirve para algo este nuevo impuesto?
Esta nueva medida ha creado un debate sobre si sirve de algo, si solo es recaudatoria, y no se puede “penalizar” al consumidor… Pero ¿Qué opinamos nosotras sobre la medida?
Para empezar, vale la pena mencionar que en España el gobierno prometió el pasado diciembre aplicar la tasa a las bebidas azucaradas en todo el país. Pero las presiones del lobby azucarero consiguió, en apenas tres meses, que la propuesta quedase en un cajón. Ya que aplicar este tipo de políticas implica asumir que empresas “poderosas” dejen de invertir dinero en distintas acciones.
Por un lado tenemos precedentes de que tomar medidas sirve para reducir el consumo de azúcar. En Amsterdam se aplicaron las siguientes estrategias:
- la prohibición de llevar zumos a las escuelas (sustituidos por agua o leche),
- la sustitución de bollería industrial o casera por frutas en las celebraciones escolares, o
- la prohibición de los patrocinios de marcas de bebidas carbonatadas y comida rápida en eventos públicos.
- También se subvenciona el acceso a polideportivos y actividades deportivas para familias sin recursos;
- se imparten clases colectivas para aprender a cocinar de forma saludable,
- se garantiza que los niños tengan acceso a frutas y verduras en el colegio e incluso se estudia los patrones del sueño.
Y se ha conseguido reducir en un 12% la obesidad infantil en 3 años.
Tanto la recomendación de la OMS como lo ocurrido en Amsterdam es el resultado de un conjunto de medidas, y no solo del impuesto. Así que quizás se requiere de una estrategia más completa para lograr resultados relevantes. Recoger el impuesto para invertir por parte de los estamentos públicos en cosas como subvencionar frutas y verduras, o el acceso a polideportivos o en acciones de divulgación de hábitos saludables
Actualmente es más barato llevar una alimentación insana llena de productos procesado y bollería que no una dieta Mediterránea (con frutas y verduras frescas, legumbres y pescado). Y si vemos el nivel socioeconómico de las personas con obesidad, predominan las personas de un nivel socioeconómico bajo. Así que se debería revisar este punto.
Por otro lado, aunque la medida se quede corta, sirve para que la población vaya recibiendo mensajes y se vaya sensibilizando con el tema. Y para que la industria se esfuerce en mejorar los perfiles nutricionales de sus productos. De hecho muchas empresas se están esforzando en ello y han reducido significativamente el azúcar de sus productos.
El código PAOS que se incumple sistemáticamente
En España hace años que existe el código PAOS (2005) en el que se dan unas directrices para proteger a los niños de publicidades con regalos o con famosos futbolistas, e incluso la OMS recomienda no hacer publicidad dirigida a niños a productos que superen cierta cantidad de azúcar, y muchas empresas se la saltan, porque estamos cansados de ver publicidad de helados o yogures o cereales con mucho azúcar dirigidos a niños, o famosos de turno comiendo natillas. Por mucho que nos moleste, parece que hasta que no nos “cobran” o “multan” no seguimos las recomendaciones.
Habrá que ver cómo evoluciona el tema y si el resto de comunidades autónomas se suman y se consigue un impacto más global. Pero creemos que cualquier medida que ayude a tomar conciencia y a reducir el consumo de azúcar y reducir la obesidad es necesaria.
Lo que sí que está claro que hay que reducir el consumo de azúcar y para ello hay que leer las etiquetas