Comer en el avión (I)

comida aviones

El mes de septiembre llega a su fin y para la mayoría esto supone el fin de las vacaciones. Muchos ya las recordáis con nostalgia pero otros, como es mi caso, las acabamos de saborear. Ahorré durante un año para poder “cruzar el charco”, busqué información en internet sobre el país, excursiones, hoteles, vuelos, opiniones, etc. pero como toda primeriza se me escapó algo: la comida del avión y las 10 horas que pasaría en él.

Las comidas

Los encargados de elaborar las comidas son las empresas de catering aéreo. Éstas preparan los platos en cocinas centrales de donde ya salen emplatados, empaquetados y listos para almacenar en grandes refrigeradores donde el producto esta a una temperatura que impide el desarrollo y la propagación de microorganismos. Su transporte hasta el avión también se realiza de manera segura en refrigeradores que resguardan la cadena del frío. Una vez a bordo, la comida refrigerada que se come caliente, se calienta en hornos de calor seco a altas temperaturas (según las especificaciones de la cocina central) y se sirve.

Por norma general, en un vuelo de unas 10 horas los pasajeros realizan dos comidas. Desayuno o merienda y comida o cena según la franja horaria en la que se vuele. El desayuno y la merienda suele ser un snack frío donde se incluye un bocadillo (40 g aproximadamente) y un bollito. Por otro lado, la comida y la cena se compone de un plato caliente a escoger entre, normalmente, un plato de pasta o uno de carne con guarnición. Además, lleva un minibol de ensalada, un panecillo y un bizcocho. Todas las comidas se acompañan de una bebida a escoger y te, infusiones o café. El contenido de las comidas puede variar según la aerolínea.

comida avion
Comida: plato principal fideua
Cena avión
Cena: plato principal pollo con arroz

Subir comida “de casa” al avión

Los menús que ofrecen las aerolíneas no suelen cumplir con los criterios de equilibrio nutricional o de gustos y preferencias, ni están preparados para toda clase de dietas especiales. Aunque sí que garantizan la seguridad alimentaria ya que, evitan el riesgo de toxiinfecciones alimentarias con el proceso de elaboración y transporte de los alimentos. Por eso, las aerolíneas no recomiendan subir comida del exterior y no dan a toda su tripulación el mismo tipo de alimento. Evitan que durante el vuelo los pasajeros o toda la tripulación se ponga enferma provocando una catástrofe.

Aún así, creo que las compañías aéreas no evitan de esta manera cualquier problema con sus comidas. Por lo general, las bandejas no vienen identificadas correctamente y a simple vista sólo puedes imaginar que la pegatina que hay en algunos envases indica el contenido de algún ingrediente que no todos podemos consumir. Pero cuando intentas averiguar la composición exacta de la comida para evitar posibles problemas como alergias o intolerancias alimentarias, la información recibida por parte de las azafatas es escasa. Además, las raciones de comida vienen justas y no siempre puedes optar a la opción que se ajusta más a tu tipo de alimentación. Como es el caso de los vegetarianos y el menú que no lleva carne.

  • Recomendación: en caso de necesitar una dieta especial (celiaco, intolerante a la lactosa, vegetariano, etc.) ponte en contacto con antelación con la aerolínea para encontrar una solución y no tener que estar tantas horas sin comer.

En síntesis, desde el punto de vista de seguridad alimentaria no se debería de subir comida al avión del exterior pero a nadie nos gusta arriesgarnos a no comer (o no poder comer) y pasar hambre durante tantas horas. Otra opción es llevar dinero encima para comprar algún snack en el avión, aunque éstos suelen ser pequeños, caros y de elevado contenido en grasa y/o azúcar.

  • Recomendación: si te llevas comida en la mochila o en el bolso procura que sea un alimento no perecedero, envasado y de fácil conservación como una barrita energética, un paquete individual de galletas o un paquete envasado al vacío de frutos secos.
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Patricia Nevot
Soy diplomada en Nutrición Humana y Dietética (CESNID). Tras colaborar como dietista en diversos Servicios de Nutrición a nivel clínico y deportivo, decidí realizar el Máster en Nutrición y Metabolismo (UB). Orienté el segundo año de máster hacia la investigación y por ello participé en estudios experimentales sobre la respuesta inmunitaria y los flavonoides del cacao. Actualmente trabajo en restauración colectiva hospitalaria y escribo artículos sobre alimentación-nutrición. Creo que la educación-intervención nutricional es fundamental para que se creen unos hábitos alimentarios saludables y se minimicen varios problemas de salud pública actuales. Sigo formándome y reciclándome, creo que nunca se sabe suficiente y que no hay una única verdad.

2 COMENTARIOS

  1. Artículo generalista y informativo para todo tipo de público. Importante para familias con niños y personas que cuidan su alimentación o tienen una especial. Gracias por activar nuestra mente pensado en todo lo que implica una buena y saludable alimentación. Tienes un Twitter sobre nutrición y dietética?

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