
Tener un buen fondo de armario en la cocina es fundamental si queremos escaparnos de la rutina alimentaria, puesto que es extremadamente fácil caer en las mismas recetas una y otra vez y entrar en una especie de bucle culinario del que resulta difícil salir. Uno de los platos más maltratados al respecto son las ensaladas. No olvidemos que las recomendaciones para seguir una alimentación saludable indican que se debe comer dos raciones de verdura al día, siendo una de ellas preferiblemente cruda. Vamos, que dicho clara y meridianamente hay que comer ensalada cada día. En este excelente post el bloguero y tuitero @centinel5051 hace una exhaustiva revisión sobre en qué nos beneficia un consumo adecuado de frutas y verduras, pero lo que está claro es que resulta difícil salir de la ensalada mixta de lechuga, cebolla y tomate. Y atención: esas “ensaladas” que llevan de todo menos “hierbas verdes”, lo siento, pero no son ensaladas.
Así que el primer paso para adecentar una ensalada (a parte de la selección de los ingredientes) es el aliño, el cual puede hacer maravillas en la más mixta de todas las ensaladas. Ya os hablé de mi técnica favorita para aliñar la ensalada aquí y ahora toca aprender que hay vida más allá del aceite de oliva virgen extra y del vinagre de Módena. Porque sí, para cada día el virgen extra está muy bien, pero se puede salir de la rutina con otros aceites, otros vinagres, otras hierbas aromáticas y otras especias. Veamos pues, algunas ideas para tener el fondo de armario de un buen “aliñero”
Los básicos
- Aceite de oliva: somos afortunados por que forme parte de nuestra cultura gastronómica así que aprovechémoslo y tengamos buen aceite de oliva virgen extra que nos aporte sabor a las ensaladas.
- Vinagre de Jerez o de vino blanco: un buen vinagre es fundamental para darle ese punto de acidez y frescor a la ensalada.
- Sal y pimienta: habituales en cualquier cocina y que potenciarán el sabor de los vegetales. Eso sí, la sal, si la usas, con moderación.
- Limón: el sustituto perfecto del vinagre, para los que no les guste este último. Los limones duran bastante tiempo con lo que siempre se puede tener un par de ellos en casa y alternarlos con el vinagre.
- Ajo y cebolla: bien picados dan aroma y sabor al aliño.
- Yogur: que sea natural, nada de edulcorados ni sabores que entonces destrozamos el invento. Funciona muy bien con un poquito de limón, aceite, sal y pimienta. A partir de ahí, la imaginación es el único límite para conseguir un aliño cremoso que aporte distintos sabores y matices al combinarlo con otros ingredientes.
- Mostaza: presente en la mayoría de las casas y, en ocasiones, muy infrautilizada. Una puntita de mostaza en el aliño clásico de aceite y vinagre le da un nuevo aire a la ensalada.
Los extra
- Aceites de semillas y/o aromatizados: desde el aceite de sésamo hasta el de nueces, avellanas o almendras. Y pasando, cómo no, por los aceites aromatizados con hierbas, hechos en casa o ya comprados. En este caso hay que pensarse muy bien qué aceite comprar ya que suelen ser más caros y sus sabores más fuertes, con lo que se tienen que utilizar en poca cantidad. Incluso el aceite de girasol, por su sabor más neutro, puede ser interesante para que predominen otros sabores y aromas.
- Vinagres: de Módena, de arroz, de manzana, o de Jerez. En la variedad está el gusto.
- Semillas y frutos secos: unas semillas de sésamo tostado, o unas nueces picadas ya le dan otros aires al aliño y a la ensalada.
- Aromáticas y finas hierbas: el perejil está muy bien pero, además, la albahaca, la menta, el tomillo, el romero, el cebollino también funcionan de maravilla. Si tienes buena mano con las plantas, puedes tener las hierbas frescas cultivadas en casa. En cualquier caso, cada vez son más los establecimientos que venden hierbas aromáticas frescas, estando cada vez más disponibles. Y si no, siempre puedes tirar de la versión seca.
- Especias: prueba a poner un poco de curry al aliño para la ensalada de espinacas y langostinos, o un poco de pimentón picante a una ensalada de garbanzos. ¿Y si rallamos jengibre en el aliño ? La cosa cambia, y mucho!
- Frutas: la ralladura de naranja, un poco de manzana ácida o frutos rojos picados, lima exprimida. Incluso la pulpa de un tomate bien maduro, con un poco de orégano y un buen aceite de oliva virgen queda resultón.
- Atrevimiento: sí, y no hablo del «beso, atrevimiento o verdad». Sino de atrevernos a innovar. ¿Te ha sobrado un pelín de guacamole? Pues prepara una vinagreta con lima y aceite de oliva para una ensalada de pasta. ¿Has hecho humus para todo el vecindario? Diluye una cucharada en aceite de girasol y machaca unas semillas de sésamo… verás qué rico en una ensalada de verde!
Si lo piensas, las posibilidades se multiplican y las combinaciones resultan casi infinitas!!