Coenzima Q10, ¿suplementamos?

coenzima Q10

Hoy en día se habla mucho de suplementación, con el lanzamiento al mercado de múltiples alimentos que si enriquecidos en “x” sustancia/s o fórmulas con dicha/s sustancia/s en concreto dedicadas para uso exclusivo como suplementos. Entre ellos, han cobrado un gran protagonismo los suplementos de Coenzima Q10. ¿Cuál es la finalidad de su prescripción? ¿Aporta algún beneficio que no aporte una dieta equilibrada? Y lo más importante, ¿es segura su ingesta?

¿Qué es la coenzima Q10?

Cuando hablamos de coenzima Q10 nos venimos a referir a una molécula de naturaleza liposoluble que se encuentra presente en nuestro organismo de forma natural puesto que se sintetiza endógenamente, aunque también se incorpora en pequeñas cantidades a través de la dieta. Así, sus principales fuentes de aporte exógeno son la carne (corazón de cerdo, hígado de pollo), el pescado azul (caballa) y, en menor medida, algunos aceites (oliva, soja, maíz).

Su actividad se relaciona principalmente con la obtención de energía celular, lo que explica que aquellos tejidos sometidos a un mayor gasto energético (a saber: corazón, pulmones, cerebro…) tengan mayores concentraciones relativas de la coenzima. También se la considera como un antioxidante endógeno no enzimático, es decir, que ofrece protección celular frente a radicales libres.

No obstante, a pesar de que se le asocien dichos beneficios sobre el organismo, lo cuales están demostrados con pleno rigor científico, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no permite la venta de la coenzima acompañada con declaraciones de salud que hagan alusión a estos beneficios puesto que no se han observado evidencias lo suficientemente contundentes en la relación causa-efecto entre el consumo de la coenzima Q10 y estos efectos positivos.

Como ya se ha mencionado, se trata de una molécula de síntesis endógena, por lo que en condiciones fisiológicas normales no se considera como un nutriente de carácter esencial que deba ser administrada de forma exógena (a parte del aporte dietético). Por tanto, son múltiples estudios los que avalan que toda coenzima Q10 que se aporte al organismo en estas condiciones fisiológicas normales se considerará como un exceso de dicha sustancia, por lo que el organismo procederá a su excreción sin previo metabolismo. Sin embargo, el envejecimiento, el estrés, el tabaquismo o ciertas patologías (cáncer, infarto de miocardio…) son factores que vuelven al organismo más incompetente para cubrir las demandas de producción de la coenzima Q10 con la síntesis endógena. ¡Pero cuidado! Esto no implica que toda persona mayor, con estrés o fumadora tenga en defecto la coenzima. De hecho, los casos de deficiencia en coenzima Q10 son muy infrecuentes.

Suplementación

Como ya se ha mencionado, los casos en los que se recomienda la suplementación con coenzima Q10 son muy puntuales y ésta se hace como una terapia complementaria al tratamiento farmacológico correspondiente al que se encuentre prescrito el individuo.

Por ejemplo, está demostrado que durante el tratamiento con antraciclinas (fármacos anticancerosos) el uso de la coenzima Q10 como coadyuvante reduce el daño celular que suele ocasionar el fármaco mientras que, de forma simultánea, conserva el efecto antitumoral del mismo.

También se ha relacionado la suplementación de la coenzima Q10 con efectos antiinflamatorios en personas con infarto de miocardio que se encuentran en tratamiento con estatinas (fármacos para el tratamiento de hipercolesterolemia).

En estos casos, las fórmulas solubilizadas son las más recomendadas frente a aquellas fórmulas que presentan la coenzima en polvo, ya que merman en menor medida la biodisponibilidad de la misma. También se ha de tener en cuenta que al tratarse de una sustancia liposoluble se va a absorber con los lípidos de la dieta, por lo que conviene tomar estas fórmulas junto a algún alimento lipídico.

Por otro lado, el hecho puntual de que en estos estados patológicos haya que incluir suplementos de coenzima Q10 no le resta importancia al aporte exógeno a través de la dieta. Todo lo contrario. Es precisamente en estas circunstancias de problemas en la síntesis endógena cuando se hace mayor énfasis en la necesidad del aporte dietético de la coenzima.

También se promueve bastante la suplementación con coenzima Q10 en las actividades deportivas de alto rendimiento haciendo alusión a un incremento de la capacidad aeróbica y anaeróbica y como prevención de la fatiga a consecuencia del ejercicio. No obstante, se trata de un tema que aún está en el aire, pues las contradicciones entre los estudios llevados a cabo al respecto no son pocas. No obstante, lo que sí está demostrado científicamente y sin oposición alguna es que el daño muscular a causa del ejercicio puede prevenirse con una óptima alimentación, especialmente incrementando el contenido de antioxidantes de la dieta.

¿Es segura la suplementación con coenzima Q10?

El nivel de seguridad se ha estudiado teniendo en cuenta que la coenzima Q10 es una molécula que se encuentra de forma natural en nuestro organismo, llegando a la conclusión de que no presenta efectos agudos, crónicos o reproductivos a las dosis de administración propuestas.

Sin embargo, estos estudios no constan de información suficiente que garantice plena seguridad de uso durante la gestación y la lactancia.

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1 COMENTARIO

  1. Buenos días, Paloma. ¿ustedes, como dietistas-nutricionistas, podéis pautar esta suplementación en los estados de enfermedad descritos?. Gracias.

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