Gastritis y úlcera gastroduodenal

dolor de estómago

La gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica que se produce por agentes irritantes que actúan sobre la propia mucosa. Estas irritaciones pueden cursar de forma aguda o crónica. Se manifiesta con dolor abdominal, náuseas, vómitos y sensación de hinchazón.

La úlcera gastroduodenal se produce cuando tiene lugar una perforación de las capas del duodeno (úlcera duodenal) o del estómago (úlcera gástrica). Se manifiesta con síntomas como dolor postpandrial (después de las comidas), ardores, reflujo y pirosis.

Ambas se encuentran englobadas en lo que se denomina enfermedad péptica ácida.

En los últimos años las investigaciones han hecho patente la relación entre la infección por la bacteria Helicobacter pylori como principal responsable de estas patologías.

1. Principales causas.

La etiología es múltiple e incluye un componente genético pero siempre tienen como punto de conexión un incremento de la secreción de ácido que puede deberse a tres situaciones:

  • Hipersecreción ácida, debida a la acción de determinados alimentos o al estrés.
  • Infección por Helicobacter pylori.
  • Patología secundaria al consumo de algunos fármacos como ácido acetil-salicílico y antiinflamatorios no esteroideos. 

2. Diagnóstico.

Hoy en día se utilizan principalmente dos pruebas diagnósticas.

  • Test de Aliento: Es indoloro y sencillo, se utiliza para el diagnóstico de la infección por Helicobacter pylori.
  • Endoscopia: método más sensible y específico, consiste en tomar una muestra de la mucosa. Normalmente se realiza cuando el test de aliento es positivo. 

3. Tratamiento Nutricional.

Además del tratamiento farmacológico mediante antihistamínicos, inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol) y antibióticos (amoxicilina, claritromicina), se deben tener en cuenta unos aspectos básicos en el tratamiento nutricional.

La dieta de los pacientes con enfermedad péptica ácida debe ser equilibrada y cubrir con sus requerimientos nutricionales. Se recomienda hacer pocas comidas al día para no estimular la secreción de ácido, comer despacio y masticar bien los alimentos.

Si bien es cierto que el tomar pequeñas dosis de alimentos suele tener un efecto beneficioso en la pirosis y dolor epigástrico, sobre todo en la fase nocturna. También se recomienda levantar el cabecero de la cama para evitar el reflujo y ardores.

Reducir la ingesta de leche y derivados o en su caso, utilizar variedades sin lactosa. También evitar los alimentos muy condimentados, los picantes y algunas especias.

Restringir todo lo posible el consumo de cafeína, teína, bebidas de cola y refrescos con gas. Así como los cítricos y sus zumos.

No ingerir gran cantidad de alimento antes de acostarse y evitar los alimentos muy fríos y muy calientes. Tampoco se recomienda acostarse justo después de las comidas.

Otras recomendaciones son aumentar el reposo, los métodos de relajación y el ejercicio físico, para disminuir la aparición de estrés. Así como abandonar por completo el consumo de alcohol y tabaco, el ácido acetil-salicílico y los antiinflamatorios.

Para finalizar es importante tener en cuenta las sensaciones y gustos del paciente y evitar aquellos alimentos que aumenten la sintomatología. 

Bibliografía

  • Montes; Salazar; Monge Salgado. La úlcera péptica y su relación con la infección de Helicobacter pylori. Rev. Gastroenterol. Perú. 2007.
  • Histologic alterations of the gastric mucous and prevalence of Helicobacter pylori in dyspeptic patiens.
  • Vallejos M, et al. Prevalencia de la resistencia a metrodinazol, claritromicina y tetraciclina en Helicobacter pylori ainsado de pacientes de la Región Metropolitana.
  • Nuevos conceptos en el tratamiento de úlcera péptica. Rev. Cuabana Aliment Nutri 1997;11(2):105-110.
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